Evidentemente, el título es para atraer las miradas. Porque no hay un tema que más atraiga que el sexo, en este país de “impotentes”.
Voy ahora al grano: Soy un parado de “larga duración”. Tengo 53 años y no hay Dios que me contrate. Me han recortado los pocos subsidios que hasta ahora tenía y mi futuro es más negro que un agujero “idem”. Pero, hete aquí, que acabo de leer en un periódico “online” (no tengo dinero para comprar la prensa escrita) que el Ministro de Trabajo, el Sr. Valeriano Gómez, recibiendo instrucciones del “mayor hombre de estado” de la historia de España, el Sr. Don José Luis Rodríguez Zapatero, ha otorgado una subvención a los tres mosqueteros de nuestro país (CEOE, UGT y CC.OO) de 300 millones de euros (cincuenta mil millones de pesetas) para cursos de formación.
Y yo, en mi ignorancia, me pregunto, ¿sirven estos cursos para que yo obtenga trabajo? ¿Me van a preparar eficientemente para conseguir un puesto que alimente a mi familia? Y yo, en mi ignorancia de parado, me respondo: No. Entonces, vuelvo a cuestionarme: ¿Para qué distribuyen entre esos tres mosqueteros tanto dinero, que no cumple su fin? Y ahí, ya comienzo a desbarrar.
Y tiro de mi corta memoria y de los cientos de titulares sobre huelgas de teatro, reuniones a escondidas, titulares de periódicos, palabras grandilocuentes, que se estrellan una y otra vez contra un muro infranqueable: cinco millones de parados.
Y me acuerdo del INEM y de la madre que lo parió, y del Cándido Méndez y su maquillaje de proletario y del sibilino Toxo con el puño en alto y de la Patronal de Empresarios (de pacotilla) y de sus castas en fila de a dos.
Y sigo sin trabajo. Levantándome cada día para soportar eternas colas de desesperación y hurgando en la basura de los supermercados para llevar algo de comer a mi familia.
Y, por la noche, acostado al lado de mi santa esposa, pienso en estos trileros que dicen que me defienden y me siento cómo el título.
Puta, reputa y pagando la cama.
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