¿Tiendas de campaña? ¿Perroflautas? ¿Derechos civiles? ¡¡¿¿Pero QUÉ POLLAS PASA AQUÍ??!!
Es probable que este domingo, al salir de casa para ir a misa o comprar el ABC, usted haya visto que unos jóvenes se han apoderado de las plazas de su ciudad para rememorar el 15M y reivindicar sus derechos. Si sus preguntas son:
1. ¿Reivindicar sus derechos? ¿Pero que no saben que ya no mandan los socialistas?
2. ¿El 15M? ¿Esto no era una moda pasajera como los pantalones cagados o la democracia?
3. ¿Por qué mi periódico habitual no dice nada de estos mozuelos?
Enhorabuena: está usted en buenas manos. La Guía de Supervivencia Perroflauta de El Jueves le enseñará cómo enfrentarse a este fenómeno y salir indemne. Amigo, el fin del mundo está cerca pero, afortunadamente, usted ha escogido el bando de los vencedores.
15M: siglas de “15 monos”, el número aproximado de zarrapastrosos que se reúnen en estos saraos.
Perroflautas: les reconocerá fácilmente: pendientes, botas de montaña, camisetas roñosas y un par de satánicos cuernos en sus cabezas rastudas. Son fáciles de neutralizar: ofrézcales un trabajo. Como su discurso se basa en un lloriqueo mártir en contra del “sistema opresor”, toda su verborrea se derrumbará ante una oferta laboral.
Chuchos: cuidado con ellos, porque sin duda son los seres más inteligentes de estas operetas. Si hay tantos, es porque los manifestantes creen que los perros son el mejor amigo del hombre. Craso error. Toda persona de bien sabe que el mejor amigo del hombre son las mujeres de la limpieza suramericanas.
Asambleas: sujetos debatiendo horizontalmente sobre temas diversos, especialmente política. ¿Qué pasa? ¿No tienen suficiente con votar cada 4 años? Lo que buscan estos tipejos es provocar a la policía parodiando la labor de nuestros gobernantes. Evítenlas en cuanto las vean, que las hostias empezarán por allí.
Drogas: principalmente, encontraremos hachís procesado para ser consumido en forma de “porro”. Su uso principal consiste en disimular el hedor corporal de los perroflautas, a pesar de la mala imagen que ofrecen ante la prensa. ¿Quién se tomaría en serio sus propuestas políticas si llevan un porro en la mano? Porque como todo hombre de bien sabe, no es lo mismo fumar un canuto de droga yihadista, que beberse unas copas de vino ES-PA-ÑOL, como hacen cada noche los señores de programas de alta alcurnia como “El gato al agua”.
Pancartas: “No les votes”, “Error 404: Democracy Not Found” o “Que no nos engañen: hay dinero para Rato”. Proclamas buenrollistas cuyo significado verdadero sale a la luz mediante una sencillita interpretación cabalística según el Zohar de Simeón Ben Julay. Así pues, si recombinamos las letras de “No hay para tanto chorizo”, nos sale “COME FETOS” (además en mayúsculuas: acojona, eh). Bueno, vale, es verdad que sobran unas cuantas letras, pero creemos que vuestros cerebros mortales no están preparados para soportar el abyecto mensaje que forman.
Yayoflautas: una pantomima de la prensa roja. Los yayoflautas no existen. Todo el mundo sabe que en las manifestaciones solo hay jóvenes sucios sin estudios ni educación. Si algún yayo se acerca a los perroflautas, es porque confunden sus peinados con palomas y se acercan a darles comida. Para protegeros de los yayoflautas, tan solo debéis graduarles las gafas. Enseguida marcharan haciendo el heilhitler y gritando que con Franco se dormía mejor.
Rubalcaba: la mano negra que mueve el cotarro. Tan pronto te escribe un lema como te lía un porro. Para derrotarlo, debéis retarle a un debate y no decir nada en todo el rato.
Etarras: son difíciles de ver, pero ahí están. Junto a los comunistas, y los separatistas, y las feministas, y los sindicalistas, y los inmigrantes, y los mata niños. Porque nuestros enemigos siempre conspiran juntos en nuestra contra.
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