En su sermón semanal del sábado por la noche, cuyo tema fue el período comprendido entre el 17 de Tamuz y ayunos de Tisha Beav, el rabino explicó que en 17 de Tamuz una serie de calamidades se produjeron, incluida la apertura de una brecha en los muros de Jerusalén que dio lugar a la destrucción del Templo en Tisha Beav, así como el pecado del becerro de oro que llevó a la ruptura de las tablas.
"No hay calamidad que el pueblo de Israel sufre que no es parte del castigo por el pecado del becerro de oro. Las tragedias que hemos padecido por generaciones, la Inquisición, el Holocausto, todos ellos son parte del pecado del becerro de oro", explicó el rabino Yosef.
"Después de todo, la gente pregunta por qué ocurrió un Holocausto? Ay de nosotros, porque hemos pecado. Ay de nosotros, porque no hay nada que podamos decir que lo justifique", agregó.
"Huelga decir que creemos en la reencarnación", continuó Yosef, añadiendo "es la reencarnación de las almas. No hay nuevas almas en nuestra generación, todas las almas estuvieron una vez en el mundo y regresaron".
"Todos los pobres en el Holocausto ... nos preguntamos por qué sucedió. Había personas justas entre ellos. Sin embargo, fueron castigados por los pecados del pasado".
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