De llevarse a cabo una reforma laboral que permitiese trabajar por comida y alojamiento, la próxima petición de los empresarios sería la moderación gastronómica, eliminando la cena y toda bebida que no fuese agua del grifo, y la flexibilidad habitacional, permitiendo el uso de “camas calientes”, que los trabajadores de los distintos turnos usan cuando toque, todo en aras de mejorar la competitividad.
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