Efecto Bumerán en Monsanto: la VENGANZA de la naturaleza contra los transgénicos o cómo el amaranto se hace resistente al glifosato
Hay una frase en la novela “Parque Jurásico” que siempre he recordado y es la explicación que daban los científicos ante las evidencias de la reproducción de dinosaurios estériles, lo que teóricamente no podía pasar nunca: LA NATURALEZA SIEMPRE SE ABRE CAMINO.
Pues bien, parece ser que esto mismo está ocurriendo pero en la realidad con los cultivos transgénicos. La supuesta imposibilidad de hibridación de un OMG a una mala hierba ya ha tenido lugar y el amaranto, planta sagrada para los incas, es resistente al herbicida glifosato y está arrasando las plantaciones de soja transgénica en EEUU donde los agricultores ya han abandonado 5.000 hectáreas y otras 50.000 están gravemente amenazadas.
¿Podrá una “mala hierba” ganar la batalla al gigante Monsanto cuando no lo han podido conseguir ni los ecologistas, ni activistas como Vandana Shiva, ni científicos de la Comisión Europea como el Dr. Séralini ni expertos como Marie-Monique Robin, autora de “El mundo según Monsanto”?
Este es un resumen de los hechos que ha publicado Rebelión, traducidos del artículo francés de Altermonde Sans Frontiéres, y las consecuencias:
Monsanto convenció al mundo de que al Roundup, el herbicida a base de glifosato, “no se le resiste ninguna mala hierba” pero en el 2004 un agricultor de Georgia (EEUU) ya alertó que algunos brotes de amaranto se resistían en los campos con soja transgénica Roundup Ready que contiene un gen de resistencia al Roundup.
En julio del 2005, The Guardian publicaba un artículo de Paul Brown que revelaba que los genes modificados de cereales habían pasado a plantas salvajes y creado un “supergrano” resistente a los herbicidas, algo “inconcebible” para los científicos del ministerio de Medio Ambiente y para los defensores de los OMG que optimistamente afirman que la hibridación entre una planta modificada genéticamente y una planta no modificada es simplemente “imposible”.
Ahora un grupo de científicos del Centro británico para la Ecología y la Hidrología confirman que sí se ha producido una transferencia de genes entre la planta transgénica y algunas “hierbas indeseables” como el amaranto.
Además, el genetista británico especializado en agricultura Brian Johnson explica que el potente herbicida ha ejercido tal presión sobre las plantas que ha aumentado aún más la velocidad de adaptación y así ha nacido “una planta híbrida surgida de un salto entre el grano que se supone protege y el amaranto, que se vuelve imposible de eliminar”
La única solución es arrancar a mano las malas hierbas, como se hacía antes, pero esto es inviable dadas dimensiones de los cultivos y porque estas hierbas son muy difíciles de arrancar con lo que, simplemente, se han abandonado 5.000 hectáreas.
Ante esta situación muchos cultivadores se plantean renunciar a los OMG y volver a la agricultura tradicional.
Pero “la venganza” de la Naturaleza no acaba ahí porque el amaranto, al que los genetistas temen ahora como una planta “diabólica”, es uno de los alimentos más antiguos del mundo, más productivos y comparte con la quinoa muchas de sus propiedades nutritivas y culinarias. Es rico en proteínas, hierro, magnesio y calcio y era considerado una planta sagrada para los incas.
Sylvie Simon, la articulista de Altermonde Sans Frontiéres, deduce lo siguiente:
Así este bumerán, devuelto por la naturaleza a Monsanto, no sólo neutraliza a este predador, sino que instala en sus dominios una planta que podría alimentar a la humanidad en caso de hambre. Soporta la mayoría de los climas, tanto las regiones secas como las zonas de monzón y las tierras altas tropicales, y no tiene problemas ni con los insectos ni con las enfermedades con lo que nunca necesitará productos químicos.
Así “el amaranto” se enfrenta al muy poderoso Monsanto como David se opuso a Goliat. ¡Y todo el mundo sabe como acabó el combate, sin embargo muy desigual! Si estos problemas se producen en cantidad suficiente, lo que parece que va a ocurrir, pronto a Monsanto no le quedará más remedio que echar el cierre. Aparte de sus empleados, ¿quién se compadecerá verdaderamente de esta fúnebre empresa?
El glifosato es muy tóxico para los seres humanos y el medio ambiente. Se han suicidado más de 200.000 campesinos indios como consecuencia de haberse arruinado con los cultivos transgénicos y ahora resulta que su eficacia no era tal. ¿Qué más hay que esperar para un rechazo oficial?
Estamos próximos a asistir al fracaso del simplismo de una parte de la ciencia que reduce todo “a un gen, una solución” sin tener en cuenta que en todos los organismos vivos el funcionamiento de un gen no sólo está regulado por él mismo, sino que es el resultado de la interacción del conjunto de genes, del organismo y del medio ambiente.
Y oficialmente habrá que admitir la sabiduría de la agricultura ancestral y ecológica que no guerrea contra los insectos ni las plantas sino que entiende que cada uno cumple un papel y lo utiliza en su beneficio. Comprender y respetar en vez de luchar y matar. Masanori Fukuoka en vez de Monsanto.
El grupo musical Pachamama Crew ya lo advirtió en su rap anti-transgénicos: SOLO LA PACHAMANA TIENE EL PODER y lo está demostrando con el super-amaranto.
Porque la Naturaleza siempre, siempre se abre camino…
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