miércoles, 1 de abril de 2009

Venancio le decía a su amigo:

Fíjate Manolo, que juimos al dotor y le dije: Mire dotor, es que tenemos un problema: mi mujer y yo queremos tener condescendencia y no podemos, pero no sabemos si es porque yo soy omnipotente o mi mujer es esmeril. antes juimos a otro dotor y nos dijo que mi mujer tenía la vajilla rota y la emperatriz subida, y como ademá la operaron de la basílica, no sabemos si eso tiene algo que ver. A mi desdiace años mi operaron de la protesta y a lo mejor eso me dejó escuelas en el cuerpo.

Nos dijeron que juéramos con otro dotor, pero en la capital, que era muy güeno. Con dicirle que en la consulta tenía dos teles conetadas a una antena paranoica. En esa consulta, a mi mujer le hicieron una coreografía y el dotor nos dijo que no veía nada raro y nos recomendó que hiciéramos el cojito a diario.

Entonces por 15 días ella y 15 días yo, estuvimos brincando en una pata, pero nada. Nos juimos a otro dotor que nos dijo que hiciéramos vida marítima más seguido. Y nos juimos pa' llá, pa' la costa, y en todas las playas hicimos vida marítima, pero nada, eso no ha injluido. Más bien yo lo que creo es que mi mujer es frigorífica, porque nunca llega al orégano, pero ella dice que lo que yo tengo es un problema de especulación atroz.

¿tu qué piensas Manolo?

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