La santa que se está poniendo de moda en México no es ni blanca, ni morena: ni siquiera tiene piel. Es un esqueleto vestido de novia o con túnica que tiene unos cinco millones de seguidores, una iglesia oficial y un gran santuario en construcción. Se dice que es la patrona de los narcos y los delincuentes, pero sus defensores afirman que da amparo a amas de casa, estudiantes y profesionistas. Es la Santa Muerte.
El culto ha ganado notoriedad en un país con una relación especial con el más allá: El Día de Muertos, muchos mexicanos organizan algo parecido a un picnic sobre las tumbas de sus seres queridos y compran a sus niños dulces de azúcar en forma de calavera, con su nombre escrito en la frente. En pocos años, la Santa Muerte ha pasado de la clandestinidad del esoterismo a la vida pública: ha sido aceptada dentro de la llamada Iglesia Santa Católica Apostólica Tradicional Mex-USA y tiene templos en la Ciudad de México, en Puebla y en Chetumal, en la península de Yucatán.
En varias ciudades, sus fieles le han levantado espontáneos altares en calles y mercados. Su imagen en velas y estampas le disputa la clientela a la popularísima Virgen de Guadalupe y a los santos más venerados. Hay estatuillas de varios colores: Blanca para la salud, roja para el amor, amarilla para la buena suerte…
'Patrona' de narcos
Se ha escrito mucho sobre la Santa Muerte en México (incluso un libro de relatos del popular escritor Homero Aridjis) y también se ha filmado una película (La Santa Muerte, 2007 -ver vídeo-). La Iglesia católica la rechaza y varios artículos y estudios afirman que es la protectora de delincuentes, asesinos y narcotraficantes, que se encomiendan a su protección. La Iglesia Mex-USA lo niega oficialmente, y en 2007 su arzobispo primado, David Romo, excomulgó a los fieles que participaran en actividades ilícitas.
"No puedo negar que entre los devotos haya narcotraficantes, drogadictos o asaltantes, pero tampoco podemos decir que sean exclusivos de la Santa Muerte; también hay personas de este tipo entre los fieles a la Virgen de Guadalupe", defiende el padre Manuel Bello, cabeza de la iglesia de Puebla.
Como argumento, recuerda el escándalo de las narcolimosnas: en 1997, un canónigo de la Basílica de Guadalupe, una de las más importantes de México, les echó la bronca a los fieles por no seguir el ejemplo de los narcotraficantes, que habían entregado sumas millonarias a la Iglesia Católica.
"PeroLa Santa Muerte
" title="La Santa Muerte" style="margin: 8px; float: left;" border="0" height="443" width="250"> los devotos a la Santa Muerte son muy diversos, tenemos psicólogos, abogados, chóferes, amas de casa, estudiantes: lo que tienen en común es la tranquilidad espiritual”, afirma Bello.El vicario de Puebla también responde a las acusaciones que relacionan a la Santa Muerte con Jesús Malverde, el santo de los narcos en el norte de México. Una figura tampoco reconocida por la Iglesia católica a la que los traficantes rezan para que los ayude en sus entregas de droga y los proteja de las balas enemigas. "Hay demasiada gente mal informada, es obvio que ningún santo te va a brindar protección para realizar cosas malas".
Los expertos tienen otra opinión. Marisela Barbosa es una psicóloga mexicana que es parte de un equipo que realizó un estudio de la Santa Muerte publicado por la Universidad de Londres en México. Ellos documentaron la relación con los narcos y la gran cantidad de fieles a la Santa Muerte entre los presos del Reclusorio Norte, uno de los penales más poblados de América Latina: unos 10.000 internos. "Los reclusos jóvenes la han elegido como madrina protectora, por encontrarse en un lugar lleno de pecados".
Barbosa también asistió a una de las misas de la Santa Muerte. Una misa normal, salvo por el detalle de que, en un momento de la celebración, una persona se acercaba al altar y rociaba a la imagen con el humo de un cigarro de marihuana.
Los dioses aztecas de la muerte
La adoración a la muerte se remonta a tiempos prehispánicos. Entre los dioses aztecas estaban Mictlatecuhtli y Mictecacihuatl, el señor y la señora de Mictlan, la región de los muertos.
La versión moderna del culto a la Santa Muerte surgió alrededor de los años 60 en la zona de Veracruz. Poco a poco fue ganando adeptos hasta que sus seguidores tocaron a las puertas de la Iglesia Mex-USA en 1999.
Se trata de una iglesia que dice pertenecer a la tradición veterocatólica (las iglesias que se separaron de la Católica en el siglo XIX, en rechazo al dogma de la infalibilidad del Papa), que afirma que cree en Dios y solo rinde veneración a la Muerte, una distinción que también hacen los católicos con respecto de los santos.
Pese a no contar de momento con registro oficial ante el Gobierno mexicano, la iglesia sigue creciendo. El verano pasado ya anunciaron planes para construir un nuevo templo en la capital mexicana que tendrá un coste de más de 2 millones de euros.
También ha renovado la imagen. Desde hace algún tiempo, la iglesia ha decretado que la Santa Muerte debe ser representada como un ángel, pues así viene descrito en la Biblia, aseguran. Sin embargo, los fieles siguen prefiriendo al esqueleto.
"A todos aquellos que les parece tétrica esa imagen, yo les recordaría que por dentro todos llevamos una estructura ósea muy similar", puntualiza el padre Bello. "También les recordaría que para Dios el color de la piel, el estrato social o el sexo no importa, lo que cuenta es lo que llevamos dentro. Eso es lo que representa la Santa Muerte".