domingo, 14 de octubre de 2007

¿Nos estamos perdiendo una dimensión del tiempo?





¿Podría el “hipertiempo” ayudarnos a desarrollar una teoría del todo?

Un científico acaba de proponer una extraña sugerencia: que el universo tiene dos dimensiones temporales y no solo una (la que nos resulta familiar). Además, este hombre incluso ha propuesto una forma de someter a prueba su herética idea ya para el año que viene.

El tiempo, ya no será más una simple línea que une el pasado con el futuro en un mundo tetradimensional consistente en tres dimensiones espaciales y una temporal. En lugar de eso, el físico imagina el paso del tiempo como una curva embebida en seis dimensiones, siendo cuatro de ellas espaciales, y las otras dos temporales.


“El tiempo no solo existe en una dimensión”, comenta Itzhak Bars (en la foto) de la Universidad del Sur de California (USC) en Los Ángeles, a New Scientist. “Existen dos más. Una dimensión enteramente temporal y otra espacial que hasta el momento han pasado completamente inadvertidas”.

Bars afirma que su teoría de “dos tiempos físicos”, que ha tardado más de una década en desarrollar, puede ayudar a solucionar problemas relacionados con las teorías del cosmos actuales, y lo más importante, que posee una verdadera capacidad predictiva que podría someterse a prueba en los futuros experimentos de física de partículas.

Si se confirma, podría indicar un modo para alcanzar la “teoría del todo” que une todas las leyes físicas del universo en una sola, principalmente a la relatividad general que gobierna la gravedad y las grandes escalas del universo, y la teoría cuántica que regula el mundo subatómico.

En busca de esa teoría que engobase a todas, durante décadas los científicos han venido añadiendo a sus ecuaciones dimensiones espaciales extra. Ya en la década de 1920, los matemáticos descubrieron que moverse a un universo de cuatro dimensiones, en lugar de las tres que experimentamos, les ayudaba en su búsqueda de reconciliar las teorías del electromagnetismo y la gravedad.

Hoy en día, los físicos teóricos estudian una propuesta llamada teoría M que añade también otras dimensiones hasta un total de 11, diez espaciales y una temporal.

Hasta ahora, se han cohibido a la hora de entrometerse con el tiempo ya que puede conducir a consecuencias inesperadas, tales como el viaje en el tiempo.

Cambiar nuestra idea del tiempo, de ser una línea a ser un plano (de una a dos dimensiones) significa que el camino entre el pasado y el futuro podría enrollarse hacia atrás sobre si mismo, posibilitando el viaje hacia el pasado y permitiendo así mismo la famosa paradoja del abuelo, según la cual uno podría viajar al pasado y matar a su abuelo antes de que naciera su madre, evitando por ello su propio nacimiento.

Bars descubrió las primeras pistas de una dimensión temporal extra en 1995 mientras estudiaba la teoría M. En aquel momento descubrió que la paradoja del abuelo y otros temores podrían evitarse usando una nueva clase de simetría - una propiedad matemática empleada en resolver las relaciones entre las cantidades de posición y el movimiento. Es esta simetría la que podría ayudar a reconciliar los dos poderosos pilares sobre los que se asienta la física del siglo XX: la mecánica cuántica y la relatividad.

Sin embargo, no todo se soluciona simplemente con añadir una dimensión extra de tiempo. Para producir ecuaciones que funcionen con la nueva simetría que describe el mundo con exactitud, hace falta así mismo una dimensión extra de espacio, con lo que el total de dimensiones espaciales asciende a 4, explicó Bars a la revista Physical Review D.

Según Bars, el familiar mundo en cuatro dimensiones que observamos a nuestro alrededor es meramente una “sombra” de la realidad hexadimensional, al igual que una mano hace varias sombras sobre la pared cuando se la ilumina desde diferentes ángulos.

Aunque no podemos experimentar las dimensiones extras directamente, podemos en efecto apreciarlas a través de las diferentes perspectivas de esas “sombras” diversas.

En este sentido, señala a evidencias ya existentes de fenómenos físicos tanto en la escala macroscópica como microscópica. Más aún, Bars cree que durante los años venideros podrían emerger más evidencias, cuando el CERN comience a realizar colisiones de partículas en su futuro LHC cerca de Ginebra (Suiza) para crear partículas “supersimétricas” nunca vistas hasta la fecha.

Este trabajo plantea una cuestión: ¿es su propuesta un arreglo matemático en lugar de una entidad física real?

Bars insiste en que sus dimensiones extras son más que un truco matemático de prestidigitador. “Absolutamente no”, comentó a New Scientist. “Estas dimensiones extras están ahí fuera, y son tan reales como las tres dimensiones espaciales y el tiempo que experimentamos directamente”.

Cuando los perros son más humanos que los propios hombres



Hay ocasiones en las que los seres humanos somos capaces de llegar a unos niveles de crueldad y despreocupación por los de nuestra misma especie difíciles de comprender. En el caso que vamos a contaros los perros actuaron de forma mucho más “humana” que los propios padres de la pequeña Oxana.

En agosto de 1992, una tímida niña de 8 años, llamada Oxana Malaya, fue descubierta y llevada a la Clínica Baraboy en Odessa para niños discapacitados en el sur de Ucrania. Había vivido durante 5 años con una manada de perros salvajes.

Oxana nació el 4 de noviembre de 1983 en Novaya Blagoveschenka. Sus padres, alcohólicos, cuando tenía 3 años la dejaron (o, demasiado borrachos, se olvidaron de ella) en la parte trasera de su casa, viviendo en la caseta del perro, y terminaron desapareciendo y abandonándola allí.





Caseta del perro donde vivió Oxana





La niña fue cuidada por los perros salvajes de la zona adoptando sus conductas y modales. Se comunicaba por medio de ladridos y gruñidos, andaba “a cuatro patas”, jadeaba, dormía acurrucada como un perro, comía carroña y carne cruda y tenía unos sentidos de la vista y el olfato extremadamente agudos.


Después de 5 años, un vecino descubrió la situación de la niña e informó a las autoridades. Cuando fue descubierta, había pasado tantos años privada de estimulación intelectual y social que a Oxana le resultó muy difícil adquirir habilidades sociales y emocionales. Tampoco le fue fácil aprender el lenguaje, que nadie le había enseñado durante 5 años. No sabía lo que era un espejo y no reconocía su imagen reflejada.

Lyn Fry, psicóloga educacional, explicaba de este modo la situación de la pequeña Oxana:

los perros dan su amor, su atención y su aceptación en cierto sentido, mientras que el niño tiene que adaptarse a la situación del perro. Si eso significa comer carne cruda y desperdicios del vertedero, lo hace para sobrevivir
Los especialistas de la Clínica comenzaron a enseñarle su idioma y a comportarse como un ser humano. En una primera etapa, Oxana empezó a comprender el lenguaje pero sólo era capaz de responder con monosílabos o ladridos. Evitaba el contacto con otros niños y se sentía muy feliz de estar en contacto con perros.






Con el paso de los años, Oxana, que ya es una joven de 24 años, ha aprendido a hablar y a comportarse como una persona. Estos importantes avances no son habituales en los casos de los niños salvajes o ferales. Linda Blair, psicóloga clínica, ofrece una explicación:

Oxana tenía que haber escuchado el idioma de forma regular. Tal vez no se han dirigido a ella, pero tuvo que estar expuesta a él y también a los seres humanos
No obstante, aún conserva ciertos rasgos de conducta canina, profundamente arraigados en su psique. Cuando se encuentra muy estresada, vuelve a su pasado. Duerme acurrucada como un perro y, cuando está sola, le gusta corretear con los perros “a cuatro patas”.






Físicamente es una mujer sana, algo bajita, y según la psicóloga Lyn Fry, con la edad mental de una niña de 6 años. Otro especialista, el Dr. Vladimir Nagorno, señaló que había que “encontrar una ocupación adecuada para ella […] algún tipo de ocupación útil y tener en cuenta que nunca se comportará como una persona completamente normal” y añadió “sólo es capaz de vivir esta vida práctica en esta comunidad, bajo la supervisión de sus cuidadores”.

Oxana se encuentra muy a gusto trabajando en la granja de la Clínica, cuidando vacas, y dedicándose a la horticultura. Es una chica alegre, con gran sentido del humor y muy afectuosa. Desgraciadamente, recuerda su triste pasado e incluso los “motivos” que llevaron a sus padres a dejarla fuera de su casa:

mamá tenía demasiados niños. Nosotros no disponíamos de suficientes camas, por lo que me llevó hasta el perro y comencé a vivir con él
Hace algún tiempo, se reencontró con su padre, al que no veía desde que él la abandonase con 3 años. Le perdonó y afirmó que ella era una persona “deseosa de afecto y bondad”, que quería respetarlo sin importarle el tipo de persona que hubiera sido.

domingo, 7 de octubre de 2007

JesuS de la CiudaD

Censuran un vídeo por que no soportan la visión divertida de Jesús.

YouTube - JESUS plug tv