Cuando salto la noticia, estaba placidamente en el dintel de la ventana... ...
Se me congelo la sangre, mi cerebro se negaba a asimilar tanta barbarie.
la cosa era tan desproporcionada para mi mente... ... Y tan facil de entender por la parte sexual...que quise esperar para editar.......pero considero que ya es hora de poner el grito en el cielo....Que nos esta pasando?????
Detenido por tener a su hija secuestrada durante 24 años y tener seis hijos con ella
Las autoridades austríacas han detenido hoy a Josef F., un hombre de 73 años sospechoso de haber mantenido a su hija Kerstin más de 20 años presa en un sótano de un edificio de la ciudad austríaca de Amstetten, informaron fuentes policiales.
La radio pública y regional ORF Niederösterreich, del Estado federado de Baja Austria, donde se encuentra Amstetten, afirmó que los indicios apuntan a que este hombre mantuvo retenida a su hija, que ahora tiene 42 años, durante 24 años.
Pruebas de ADN deberán confirmar si es el padre de los seis hijos de su propia hija.Josef F. es sospechoso de retención ilegal y de abuso sexual, y se cree que es el padre de seis hijos de su propia hija, que nacieron en el sótano donde estaba recluida. Así lo afirmó en rueda de prensa el jefe de la Oficina contra el Crimen, Franz Polzer, aunque la paternidad la tendrán que confirmar las pruebas de ADN, puesto que el detenido no se muestra dispuesto a colaborar con la Policía.
Tras confirmar la detención del sospechoso, Polzer afirmó que Kerstin, retenida en un mazmorra del sótano del edificio donde se encuentra la vivienda de Josef F., ha sido víctima de abuso sexual de su padre durante años.
El suceso ha vuelto a estremecer a la sociedad austriaca, que ya vivió una situación similar con el secuestro durante ocho años de la niña Natascha Kampusch.
El austriaco que secuestró y violó a su hija durante 24 años lo reconoce todo.
No dejan de surgir novedades en el caso del monstruoso secuestro de Austria. Josef Fritzl, el ingeniero retirado de 73 años sospechoso de haber encerrado en un sótano en la ciudad austríaca de Amstetten a su hija Elisabeth durante 24 años, haberla violado sistemáticamente y haber tenido con ella siete hijos, ha confesado hoy esos delitos ante la Policía.
Los niños tienen problemas de piel y ojos, después de toda una vida sin ver la luz del sol Ahora se ha sabido que los niños, después de toda una vida sin ver la luz del sol, padecen distintos problemas de piel.
El caso ha causado un gran revuelo mediático, con periodistas llegados de todo el mundo para informar sobre este suceso, que se produce menos de dos años después de la liberación de Natascha Kampusch , otra joven austríaca que estuvo encerrada por su captor durante ocho años en un sótano cerca de Viena y que ahora ha ofrecido ayuda a las víctimas de este caso.
-Las claves del caso
Siete hijos (uno de ellos, fallecido) y 24 años de cautiverio. Ése es el balance que a día de hoy puede hacer de su vida Elisabeth Fritzl, de 42 años, que el 28 de agosto 1984 fue secuestrada, drogada y esposada por su padre que la recluyó en una celda donde dio a luz a los siete hijos, que son fruto de las violaciones de su progenitor, que ya ha reconocido el incesto, según fuentes de la investigación.
El padre de Elisabeth dijo a toda la familia que su hija se había fugado El padre de Elisabeth, que tenía otros seis hijos con la madre de la secuestrada, dijo a toda la familia que su hija se había fugado, que se había adherido a una secta (la obligó a escribir una nota en la que pedía que dejaran de buscarla).
Sin embargo, la mujer permanecía recluida en un zulo de 80 m2 con cuatro estancias, dos pisos por debajo de donde han vivido durante estos años su padre, su madre y sus cinco hermanos, además de tres de los hijos que tuvo la secuestrada.
Tuvo siete hijos, tres de los cuales (de 19, 18 y cinco años de edad) no habían visto la luz del día, puesto que vivían en el calabozo, junto a ella. Todo ha sido descubierto por la grave enfermedad de Kerstin, la mayor, que la llevó al hospital. Los doctores la encontraron inconsciente con una nota manuscrita de su madre que pedía que ayudaran a la joven. El centro médico buscó el historial de la paciente y no lo encontró, lo que dio la pista a la Policía.
-Los hijos
Elisabeth tuvo siete hijos. Tres vivían con ella, pero otros tres (Lisa, de 16 años, Monika, de 14 y Alexander, de 12) fueron adoptados por su padre y su madre. Josef aseguró que había encontrado a los pequeños en la puerta de casa con una nota de la propia Elisabeth en la que pedía que cuidaran de ellos. El séptimo de los hijos, un gemelo, falleció debido a las condiciones de insalubridad que había en el zulo. El padre ha confesado que se deshizo del cuerpo quemándolo en el horno.
-El zulo
Tenía 80 m2 y medía algo más de metro y medio de alto. Contaba con un salón con una pequeña televisión, dos dormitorios, un baño y una pequeña cocina. Carecía de ventanas (estaba iluminado con bombillas) y para acceder a él era preciso atravesar un pasillo estrecho tras retirar una estantería del garaje e introducir un código secreto que tan sólo el secuestrador conocía.
-Los padres
Josef, que abusó de Elisabeth desde que ésta tenía 11 años, liberó finalmente a su hija y a sus tres hijos-nietos poco antes de que la Policía lo detuviera. Relató a su esposa (Rosemarie, de 66 años) que Elisabeth había decidido volver a casa. Durante los años que duró el secuestro, no tuvo reparos en realquilar habitaciones de su casa. Rosemarie asegura que ignoraba todo lo ocurrido.
"LA ÚNICA MANERA DE TRATAR CON UN MUNDO SIN LIBERTAD ES VOLVERTE TAN ABSOLUTAMENTE LIBRE QUE TODA TU EXISTENCIA SEA UN ACTO DE REBELIÓN."
sábado, 10 de mayo de 2008
sábado, 3 de mayo de 2008
Lucha Y Resistencia De Las Mujeres Tibetanas.
Alexandra David-Neel fatigó a lo largo de su vida numerosos territorios físicos, vocacionales y espirituales. Fue cantante de ópera, periodista, escritora, anarquista y orientalista. Pero ante todo, destacó como incansable viajera, precursora en el descubrimiento de zonas poco conocidas del mundo.
Disfrazada para ocultar su condición de occidental, arribó en 1924 a Lhasa, capital del Tíbet y ciudad vedada en aquellos tiempos para los extranjeros. De aquel periplo destacó en su obra la admiración que experimentó por el fuerte carácter de las mujeres autóctonas.
Le llamó la atención que se aventuraban solas a través de la estepa helada, entre animales salvajes y bandidos; que sacaran adelante a sus familias a pesar de la escasez de recursos; y, en no pocas ocasiones, que practicaran la poliandria, ya que había un número mucho mayor de hombres.
Según escribió en sus diarios: “Pocas europeas y americanas habrían tenido el valor de vivir en semejantes condiciones”.
Represión
La brutal represión que China articula en el Tíbet desde hace más de medio siglo, no ha logrado atenuar la tenacidad de estas mujeres. Por el contrario, ellas son la base fundamental de la resistencia frente al opresor, la argamasa que mantiene cohesionada a una sociedad que sufre la ocupación de un enemigo que se muestra capaz de aplicar los métodos más abominables para perpetuarse en el poder.
Como consecuencia, decenas de mujeres tibetanas se encuentran en los centros de detención clandestinos de la policía y en los campos de trabajo conocidos como laogais, que suman unos 200 y que, por su parentezco con los gulag soviéticos, merecerían un Aleksandr Solzhenitsyn que los sacase a la luz, que descubriera al mundo de las atrocidades que en ellos se cometen.
En primera persona
Adhe Taponstang pasó 21 años en prisión sin que mediase juicio ni condena que justificasen su detención. A lo largo del tiempo que estuvo recluida apenas tuvo posibilidad de ver a sus hijos, Chime Wangyal, que tenía tres años cuando fue arrestada, y Chimi Cando, que acaba de cumplir un año.
“En la prisión, las mujeres jóvenes y atractivas éramos llamadas por el guardia Trang Tsong, que nos ordenaba limpiar su despacho y lavar su ropa”, afirma Adhe Tapostang con evidente amargura. “Después nos ponía en fila y nos violaba”.
Desde la India, país al que huyó tras salir de la cárcel, denuncia también las constantes palizas y torturas que sufría, así como la humillación de la sesiones de “autocrítica” y “reeducación” que le imponían los militares chinos.
Otro testimonio desgarrador es el de Kalsang Palmo, una monja budista que fue arrestada en 1988 por distribuir panfletos a favor de la libertad en Bhakor, uno de los mayores mercados de Lhasa, la capital del Tíbet.
“Me sentí profundamente avergonzada porque nunca me había desnudado frente a un hombre”, afirma. “Me ordenaron que me recostara boca abajo y me golpearon. Otro policía me introdujo un palo en la vagina e inmediatamente me lo metió en la boca. También me dieron descargas eléctricas en el ano”.
Una constante
Casos de vejaciones, de larguísimas condenas, que se repiten una y otra vez, como el de la monja Phuntsog Nyidron, documentado por Human Rights Watch, que entró en prisión a los 22 años y recién fue puesta en libertad 15 años más tarde.
Según el Tibetan Centre for Human Rights and Democracy hay más de 700 tibetanas encarceladas (datos previos a los últimos actos de represión del gobierno chino). La mayoría son monjas, pues la fe que profesan les da valor para levantar la voz frente a la represión china.
Cantan, oran, reparten folletos en la vía públíca. La suya es una resistencia no violenta. Cuando recuperan la libertad padecen esterilizaciones forzadas y se les aleja irremediablemente de los monasterios.
No pocas de ellas huyen hacia Nepal y la India. Avanzan a pie, a través de la nieve, de las cumbres heladas, durante semanas para dar testimonio al mundo de los crímenes contra la humanidad que a diario se perpetran en el Tíbet.
:l loro:
Disfrazada para ocultar su condición de occidental, arribó en 1924 a Lhasa, capital del Tíbet y ciudad vedada en aquellos tiempos para los extranjeros. De aquel periplo destacó en su obra la admiración que experimentó por el fuerte carácter de las mujeres autóctonas.
Le llamó la atención que se aventuraban solas a través de la estepa helada, entre animales salvajes y bandidos; que sacaran adelante a sus familias a pesar de la escasez de recursos; y, en no pocas ocasiones, que practicaran la poliandria, ya que había un número mucho mayor de hombres.
Según escribió en sus diarios: “Pocas europeas y americanas habrían tenido el valor de vivir en semejantes condiciones”.
Represión
La brutal represión que China articula en el Tíbet desde hace más de medio siglo, no ha logrado atenuar la tenacidad de estas mujeres. Por el contrario, ellas son la base fundamental de la resistencia frente al opresor, la argamasa que mantiene cohesionada a una sociedad que sufre la ocupación de un enemigo que se muestra capaz de aplicar los métodos más abominables para perpetuarse en el poder.
Como consecuencia, decenas de mujeres tibetanas se encuentran en los centros de detención clandestinos de la policía y en los campos de trabajo conocidos como laogais, que suman unos 200 y que, por su parentezco con los gulag soviéticos, merecerían un Aleksandr Solzhenitsyn que los sacase a la luz, que descubriera al mundo de las atrocidades que en ellos se cometen.
En primera persona
Adhe Taponstang pasó 21 años en prisión sin que mediase juicio ni condena que justificasen su detención. A lo largo del tiempo que estuvo recluida apenas tuvo posibilidad de ver a sus hijos, Chime Wangyal, que tenía tres años cuando fue arrestada, y Chimi Cando, que acaba de cumplir un año.
“En la prisión, las mujeres jóvenes y atractivas éramos llamadas por el guardia Trang Tsong, que nos ordenaba limpiar su despacho y lavar su ropa”, afirma Adhe Tapostang con evidente amargura. “Después nos ponía en fila y nos violaba”.
Desde la India, país al que huyó tras salir de la cárcel, denuncia también las constantes palizas y torturas que sufría, así como la humillación de la sesiones de “autocrítica” y “reeducación” que le imponían los militares chinos.
Otro testimonio desgarrador es el de Kalsang Palmo, una monja budista que fue arrestada en 1988 por distribuir panfletos a favor de la libertad en Bhakor, uno de los mayores mercados de Lhasa, la capital del Tíbet.
“Me sentí profundamente avergonzada porque nunca me había desnudado frente a un hombre”, afirma. “Me ordenaron que me recostara boca abajo y me golpearon. Otro policía me introdujo un palo en la vagina e inmediatamente me lo metió en la boca. También me dieron descargas eléctricas en el ano”.
Una constante
Casos de vejaciones, de larguísimas condenas, que se repiten una y otra vez, como el de la monja Phuntsog Nyidron, documentado por Human Rights Watch, que entró en prisión a los 22 años y recién fue puesta en libertad 15 años más tarde.
Según el Tibetan Centre for Human Rights and Democracy hay más de 700 tibetanas encarceladas (datos previos a los últimos actos de represión del gobierno chino). La mayoría son monjas, pues la fe que profesan les da valor para levantar la voz frente a la represión china.
Cantan, oran, reparten folletos en la vía públíca. La suya es una resistencia no violenta. Cuando recuperan la libertad padecen esterilizaciones forzadas y se les aleja irremediablemente de los monasterios.
No pocas de ellas huyen hacia Nepal y la India. Avanzan a pie, a través de la nieve, de las cumbres heladas, durante semanas para dar testimonio al mundo de los crímenes contra la humanidad que a diario se perpetran en el Tíbet.
:l loro:
"Esa Tía Es Una Guarra" (El Machismo Del S.XXI) Para Lo Que Han Quedado Algunos
Avilés. 21.55 h. Mientras espero al autobús que me llevará a Gijón para salir de marcha, oigo la conversación de un chaval, de unos 25 años, que habla por el teléfono móvil. El muchacho habla acaloradamente con quien interpreto es un amigo. Y dice: "A ese lo veo yo muy listo. Como se líe con mi chorba le parto la cara a él y, de rebote, a ella".
Gijón. 22.30 h. Cuando llego a la estación de Gijón, me toca esperar por un amigo con el que había quedado. Mientras, observo a un grupo de niños de unos 15 años. Me fijo especialmente en una chica del grupo. Es bajita, de 1,55 m, quizá. Va vestida con una minifalda muy corta, tacones y un escote poco acorde con su joven edad. Está llorando. Y corre como puede (con los tacones) detrás de un chico que pasa de ella, se mueve con andares chulos y lleva un cigarrillo en la boca (repito que tendrían como unos 15 años a lo sumo).
Ella le grita, sollozando: "¡Pero ven, que quiero hablar contigo!". Él, que está de espaldas a ella, hablando con un par de amigos, estalla en carcajadas. Y los demás chicos le siguen. La muchacha le agarra del brazo para que se dé la vuelta y el chaval la empuja con desprecio y le da otra calada al cigarro. Y se vuelven a reir. En ese momento llega mi amigo y me voy.
01.30 h. Me presentan a un chico de mi edad (unos 22 años a lo sumo). Tiene pinta de ser un tío legal. Viste con ropa de marca, al estilo rapero. Salimos del bar en el que estábamos, con intención de ir a otro. Al salir a la calle, sucede algo que me deja con la boca abierta. Nada más pisar la acera, al salir de local, vemos a un grupo de cuatro o cinco chicas algo más jóvenes que nosotros (unos 18 o así). Son bastante atractivas y no puedo evitar echarles un vistazo. El chaval al que me acababan de presentar me dice: "Vaya putas". Y le digo, sorprendido: "¿Eh?". Continúa:
- Sí, son unas putas. ¿No has visto cómo miran a los tíos? Van buscando guerra. Sólo hay que ver esos pantaloncitos marcándolo todo. Como pille a alguna...
Después de unos segundos de shock digo: "Eso será si quiere ella". A lo que, en su regocijo, contesta: "Y si no quiere también".
Tras oir eso me desmbarazo de él tan rápido como me es posible.
03.15 h. La noche me depara una última sorpresa. Estando en la zona de La Ruta, veo a un par de chavales con sendos vasos de litro en la mano, en la calle. No tendrán más de 17 años. Aunque al principio no me había fijado en ellos, su actitud me llama la atención cuando les oigo gritar: "Mira, aquella es una guarra, vamos". Se acercan a una niña de unos 15 ó 16 años y le empiezan a tocar el culo. La niña, para mi sorpresa, reacciona pasivamente, con un leve "Anda, para quieto que no te conozco de nada". El que le acaba de tocar el culo, la agarra del hombro, le da la vuelta y la besa. Al principio, intenta zafarse, empujando al chico de forma violenta. Luego, parece aceptar el beso y sigue enrollándose con él. Y nadie le da la más mínima importancia.
Me parece muy preocupante que los jóvenes, que habitualmente nos creemos el no va más de modernidad, estemos repitiendo exactamente los mismos patrones sexistas que nuestros padres y abuelos.
Xabier Capdevila
21 años.
TOMAAAAAAAAAAA RACISMOOOOOO.....MORENOOOO
La toldería de la plaza Uruguaya
En la plaza Uruguaya, bajo la tolerante mirada del gobierno nacional y municipal, se ha instalado una toldería de indígenas que demuestran a los ciudadanos asuncenos cómo se destruye un sitio atractivo y caro, y cómo se vivía en el neolítico.
Según lo dicho la intendenta de Asunción, los indígenas han decidido quedarse donde están, pese a quien pese. Han salido de las catacumbas de la historia, impulsados por las ONG más irresponsables de un país infectado de ONGs irresponsables, para torturar la paciencia de los ciudadanos asuncenos que pagan religiosamente sus impuestos y no quieren vivir como ellos viven, de ninguna manera, aunque haya algunos sacerdotes católicos que consiguen dinero externo precisamente para crear estos focos de absurda presencia, con el cuento de la ayuda.
Una toldería indígena neolítica en el centro de la ciudad es inconcebible y, sin embargo, allí está, como un cáncer expuesto, esparciendo malos olores, destrucción y contaminación ambiental. La ciudad está recibiendo un castigo inmerecido y no tiene por qué financiarlo. Los indígenas tienen que avenirse a vivir como gente, o mandarse a mudar al monte.
Si esto sigue así, y continúa el clima de izquierda que estupidiza a la gente, pronto algún cacique se declarará, con dinero de las ONGs, descendiente directo de Arambaré y se instalará en el Palacio de López, para convertirlo en un chiquero. No es aventurado profetizar eso porque si se apoderan de una plaza que es pública, de todos los asuncenos, que fue trazada y construida y mantenida con el dinero de los asuncenos, pueden hacer cualquier cosa.
Los indígenas tienen que civilizarse, convertirse en paraguayos, terminar con esa estupidez de preservar una cultura retrasada y marchita y vivir como gente pagando sus impuestos, o relegarse a lo profundo del monte a seguir conviviendo con los animales. No hay alternativas y los paraguayos no tenemos por qué pagar impuestos para mantener una civilización caduca, que fue incapaz de mantenerse a sí misma.
No conozco un solo paraguayo que quiera ir a vivir a una toldería, y eso que quedan bastante cerca, ni siquiera para estudiar sus cochinas costumbres. Sí conozco indígenas que quieren vivir en Asunción, educarse y salirse del síndrome de la selva y convertirse en un ser humano con acceso a la civilización.
Creo que es hora de decir basta a todas las estupideces que nos viene de una Europa pletórica, cada día más tilinga, que quiere resucitar a los dinosaurios para ver, y no en el cine, cómo un TRex devora a la gente, y defenderlos porque la gente es su dieta y tiene derecho a devorarla.
Los antropólogos quieren tener a los indígenas cerca para estudiarlos como si fueran bichos -con dinero externo que dedican un poco a la observación y mucho a su enriquecimiento personal-. Es hora de decirle que vayan a desenterrar a los cadáveres de los salvajes vikingos para ver cómo vivían, o a proponerle al rey de Suecia que se instale una tribu de esa gente en la plaza principal de Estocolmo. O a los "sensibles" estadounidenses de izquierda que traigan las tribus sioux, pies negros, pawnees o dakotas a instalarse en el Dupont Circle de Washington, cosa imposible porque los mataron a todos.
¿Por qué tenemos que ser los paraguayos los que debamos sufrir la afrenta de una toldería neolítica en la plaza Uruguaya? Porque somos sudacas y no sabemos defender nuestros derechos y creemos en todas las tonterías imaginables, con tal que vengan encuadernadas en papel europeo o estadounidense.
ODD
En la plaza Uruguaya, bajo la tolerante mirada del gobierno nacional y municipal, se ha instalado una toldería de indígenas que demuestran a los ciudadanos asuncenos cómo se destruye un sitio atractivo y caro, y cómo se vivía en el neolítico.
Según lo dicho la intendenta de Asunción, los indígenas han decidido quedarse donde están, pese a quien pese. Han salido de las catacumbas de la historia, impulsados por las ONG más irresponsables de un país infectado de ONGs irresponsables, para torturar la paciencia de los ciudadanos asuncenos que pagan religiosamente sus impuestos y no quieren vivir como ellos viven, de ninguna manera, aunque haya algunos sacerdotes católicos que consiguen dinero externo precisamente para crear estos focos de absurda presencia, con el cuento de la ayuda.
Una toldería indígena neolítica en el centro de la ciudad es inconcebible y, sin embargo, allí está, como un cáncer expuesto, esparciendo malos olores, destrucción y contaminación ambiental. La ciudad está recibiendo un castigo inmerecido y no tiene por qué financiarlo. Los indígenas tienen que avenirse a vivir como gente, o mandarse a mudar al monte.
Si esto sigue así, y continúa el clima de izquierda que estupidiza a la gente, pronto algún cacique se declarará, con dinero de las ONGs, descendiente directo de Arambaré y se instalará en el Palacio de López, para convertirlo en un chiquero. No es aventurado profetizar eso porque si se apoderan de una plaza que es pública, de todos los asuncenos, que fue trazada y construida y mantenida con el dinero de los asuncenos, pueden hacer cualquier cosa.
Los indígenas tienen que civilizarse, convertirse en paraguayos, terminar con esa estupidez de preservar una cultura retrasada y marchita y vivir como gente pagando sus impuestos, o relegarse a lo profundo del monte a seguir conviviendo con los animales. No hay alternativas y los paraguayos no tenemos por qué pagar impuestos para mantener una civilización caduca, que fue incapaz de mantenerse a sí misma.
No conozco un solo paraguayo que quiera ir a vivir a una toldería, y eso que quedan bastante cerca, ni siquiera para estudiar sus cochinas costumbres. Sí conozco indígenas que quieren vivir en Asunción, educarse y salirse del síndrome de la selva y convertirse en un ser humano con acceso a la civilización.
Creo que es hora de decir basta a todas las estupideces que nos viene de una Europa pletórica, cada día más tilinga, que quiere resucitar a los dinosaurios para ver, y no en el cine, cómo un TRex devora a la gente, y defenderlos porque la gente es su dieta y tiene derecho a devorarla.
Los antropólogos quieren tener a los indígenas cerca para estudiarlos como si fueran bichos -con dinero externo que dedican un poco a la observación y mucho a su enriquecimiento personal-. Es hora de decirle que vayan a desenterrar a los cadáveres de los salvajes vikingos para ver cómo vivían, o a proponerle al rey de Suecia que se instale una tribu de esa gente en la plaza principal de Estocolmo. O a los "sensibles" estadounidenses de izquierda que traigan las tribus sioux, pies negros, pawnees o dakotas a instalarse en el Dupont Circle de Washington, cosa imposible porque los mataron a todos.
¿Por qué tenemos que ser los paraguayos los que debamos sufrir la afrenta de una toldería neolítica en la plaza Uruguaya? Porque somos sudacas y no sabemos defender nuestros derechos y creemos en todas las tonterías imaginables, con tal que vengan encuadernadas en papel europeo o estadounidense.
ODD
EL SER HUMANO ES IMPREDECIBLE..Y ALGUNOS MAS QUE OTROS.
Quizas sea su voz... o su desastrosa vida y su voz extraordinaria.......o quizás por como vive??........No lo se, el caso es que la primera vez que vi una foto suya, me paralizo un poco, no me concordaba. Cuando comenze a interesarme pensé en una bala perdida con una voz tremenda........hoy vuelve a sorprenderme.
La rehabilitada Amy Winehouse se quita la ropa y censura sus pezones con dos bandas adhesivas negras para llamar la atención sobre la epidemia de cáncer de mama que padecemos las mujeres, cada vez a más temprana edad. La reina del soul se solidariza con esta enfermedad demostrando su valentía y tirón mediático por una buena causa. La fotógrafa Carolyn Djangoly ha realizado esta campaña para concienciar a la población sobre el cáncer de mama, y saldrán publicadas en la edición de abril de la revista británica Easy Living.
Otra Mas De La Catolica
La Iglesia Católica tuvo 7.000 trabajadores forzosos durante el nazismo
La Iglesia Católica alemana tuvo durante el nazismo unos 7.000 trabajadores forzosos, entre deportados extranjeros y presos de guerra, según las conclusiones de un estudio encargado por la propia Conferencia Episcopal y del que se han avanzado algunos datos.
De acuerdo con ese estudio, hasta ahora se ha podido documentar e identificar a unos 4.829 deportados extranjeros y 1.075 presos que fueron obligados a trabajar para la Iglesia, ya fuera en sus instituciones, parroquias o dependencias locales.
Las 27 diócesis alemanas tuvieron trabajadores forzosos, muchos de ellos hombres y mujeres deportados de Polonia y de la Unión Soviética.
Unos visitantes contemplan algunas de las obras de la exposición \'\'Medicina letal. El delirio racial del nazismo\'\'.
Nazismo
De ellos, un total de 590 fueron indemnizados ya con 2.556 euros, repartidos desde el fondo creado por la Iglesia católica en el año 2000 para este fin.
La Iglesia Católica admitió entonces haber tenido trabajadores forzosos y, junto a la creación de ese fondo, encargó la elaboración del estudio, que será presentado el 4 de abril por el ex presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Maguncia Karl Lehmann.
La Iglesia Evangélica admitió asimismo en el 2000 haber tenido trabajadores forzosos y contribuyó al fondo creado por el gobierno y la industria germana, con un total de 5.000 millones de euros, para indemnizar a los llamados esclavos del nazismo.
La católica, en cambio, creó su propio fondo, al que destinó unos 2,5 millones de euros.
Se estima que el Tercer Reich entregó a sus empresas colaboradoras cerca de ocho millones de trabajadores forzosos.
Los que fueron entregados a instituciones eclesiásticas eran en cierto modo los más afortunados, puesto que fueron empleados en labores de cocina, limpieza o agrícolas.
La Iglesia Católica alemana tuvo durante el nazismo unos 7.000 trabajadores forzosos, entre deportados extranjeros y presos de guerra, según las conclusiones de un estudio encargado por la propia Conferencia Episcopal y del que se han avanzado algunos datos.
De acuerdo con ese estudio, hasta ahora se ha podido documentar e identificar a unos 4.829 deportados extranjeros y 1.075 presos que fueron obligados a trabajar para la Iglesia, ya fuera en sus instituciones, parroquias o dependencias locales.
Las 27 diócesis alemanas tuvieron trabajadores forzosos, muchos de ellos hombres y mujeres deportados de Polonia y de la Unión Soviética.
Unos visitantes contemplan algunas de las obras de la exposición \'\'Medicina letal. El delirio racial del nazismo\'\'.
Nazismo
De ellos, un total de 590 fueron indemnizados ya con 2.556 euros, repartidos desde el fondo creado por la Iglesia católica en el año 2000 para este fin.
La Iglesia Católica admitió entonces haber tenido trabajadores forzosos y, junto a la creación de ese fondo, encargó la elaboración del estudio, que será presentado el 4 de abril por el ex presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Maguncia Karl Lehmann.
La Iglesia Evangélica admitió asimismo en el 2000 haber tenido trabajadores forzosos y contribuyó al fondo creado por el gobierno y la industria germana, con un total de 5.000 millones de euros, para indemnizar a los llamados esclavos del nazismo.
La católica, en cambio, creó su propio fondo, al que destinó unos 2,5 millones de euros.
Se estima que el Tercer Reich entregó a sus empresas colaboradoras cerca de ocho millones de trabajadores forzosos.
Los que fueron entregados a instituciones eclesiásticas eran en cierto modo los más afortunados, puesto que fueron empleados en labores de cocina, limpieza o agrícolas.
No Más Silencio confirma sus sospechas acerca del incremento del suicidio femenino en España
La encuesta elaborada por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) revela que el suicidio es la primera causa de muerte entre mujeres jóvenes
Madrid, 13 de marzo de 2008.- No Más Silencio España ha recibido respuesta a su demanda de información acerca de la tasa de suicidios en España, formulada en el informativo de Telemadrid de Fernando Sánchez-Dragó el 29 de noviembre de 2007. En una carta abierta dirigida a Gaspar Llamazares y otros políticos defensores del aborto libre, No Más Silencio llamaba la atención sobre las graves secuelas del aborto para la mujer, entre las que se hallaba el suicidio, y reclamaba del CIS los datos de suicidio juvenil, que creía ser la primera causa de muerte entre las jóvenes en España. “Tres meses después, nuestras sospechas se han confirmado, pero no por parte del ente público responsable de ello, el CIS, sino gracias a la encuesta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) del año 2006, que muestra que el suicidio es la primera causa de muerte entre mujeres de 30 a 34 años”, afirma su directora, Pilar G.Vallejo. “Desgraciadamente, comprobamos que España sigue el mismo patrón de otros países con altas tasas de aborto, que ven multiplicado por tres el número de suicidios femeninos tras un aborto. Esa tasa se multiplica por siete en comparación con las mujeres que dan a luz, incluso embarazos no-deseados. Estos datos proceden de estudios epidemiológicos internacionales que figuran en su página web de www.nomassilencio.com.
Ese mismo estudio de Semergen confirma también otras secuelas que No Más Silencio apuntaba en su carta abierta a los políticos abortistas: la violencia doméstica (la encuesta revela que una de cada tres mujeres pide ayuda al médico por ser víctima de violencia doméstica), graves trastornos alimentarios (anorexia y bulimia), la adicción al tabaco, alcohol y otras drogas, disfunciones sexuales, y un empeoramiento general de su salud, con un 25% que sufren de patologías crónicas, entre las cuales figuran los problemas cardiovasculares que causan la muerte a un 45% de mujeres. Todos estos datos coinciden con los de estudios internacionales reflejados en su página web citada. Según este estudio de Semergen, las mujeres españolas sufren cada vez más soledad, pobreza y dependencia, llegando a la conclusión de que “la salud de las féminas españolas ha empeorado, al incorporar ellas todos los hábitos masculinos sin que se haya hecho nada más que mucha demagogia por la conciliación laboral y familiar”, apuntó el presidente del Semergen, Dr. Zarco.
No Más Silencio España confía en que no se siga hurtando esta información a las mujeres, en un acto de flagrante insolidaridad, y que el Estado tome las medidas oportunas para poner freno a este desastre.
Pilar Gutiérrez Vallejo
Directora de No Más Silencio España
info@nomassilencio.com
Tel:0031 627 985 688
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Andi, el cómic que lucha contra la xenofobia y el radicalismo religioso
Andi ya empieza a ser famoso en Alemania. El Gobierno del país germano ha lanzado una campaña con la que pretende evitar entre los jóvenes el desarrollo de ideas xenófobas y racistas contra la comunidad musulmana y, al mismo tiempo, busca alertar de la existencia de grupos radicales musulmanes que intentan incorporar a más miembros entre la juventud.
Se han distribuido más de 100.000 copias del cómic en colegios de secundaria de Alemania
La campaña está dirigida a adolescentes de entre 12 y 16 años y presenta la novedad de idear un cómic con Andi de protagonista. Se trata de un chico de 15 años que se da cuenta cómo el hermano, llamado Murat, de su novia musulmana Ayshem vive bajo la influencia de un imán que predica desde el radicalismo más extremo.
Esta es la segunda 'aventura' de Andi ya que anteriormente, en octubre del año pasado, ya había protagonizado otra campaña de gran éxito contra las ideas de extrema derecha que se proliferan en el Estado de Renania del Norte de Westafalia.
En total, se han distribuido más de 100.000 copias del cómic en colegios de secundaria de Alemania. De estética manga, la historia trata de enseñar a los jóvenes la diferencia entre el Islam mayoritario y pacífico y la versión intolerante y violenta promulgada por varios seguidores de la religión.
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