jueves, 19 de noviembre de 2009

Caníbales papúes ayudan a entender el mal de las vacas locas

Una família de miembros de la tribu caníbal korowai en las selvas de Papúa Nueva Guinea. Foto: Archivo EL PERIÓDICO
Una família de miembros de la tribu caníbal korowai en las selvas de Papúa Nueva Guinea.

Miembros de una tribu antropófaga de Papúa Nueva Guinea que hace unos años devoraba ritualmente cerebros humanos tienen una mutación genética que les protege del kuru, una enfermedad similar al mal de las vacas locas, según una investigación que publica hoy la revista médica The New England Journal of Medicine.

El grupo dirigido por el profesor Simon Mead, del University College de Londres, descubrió una alteración genética única entre algunos descendientes de personas que practicaron un ritual funerario que consistía en comerse los sesos del familiar fallecido, que fue prohibido por las autoridades de Nueva Guinea en la década de los cincuenta.

Evolución humana en tiempo real

"Es absolutamente fascinante comprobar que los principios de Darwin han funcionado aquí. Esta comunidad ha desarrollado su propia respuesta biológica a una epidemia real y terrible. Es increíble el hecho de que esta evolución genética haya sucedido en cuestión de décadas", apuntó el científico John Collinge.

En la región del valle de Purosa, donde la epidemia de kuru fue más mortífera a principios del siglo pasado, el 8% de su población actual presenta la alteración genética que protege de la enfermedad. El kuru es una infección extremadamente rara causada no por una bacteria o un virus sino por unas proteínas denominadas priones. El mal de las vacas locas está también causado por priones tanto en los rumiantes como en los humanos.

La proteína mutada

El doctor Mead señaló que el hallazgo no producirá un medicamento contra la versión humana del mal de las vacas locas, pero mejorará el conocimiento de cómo funciona y cómo podría prevenirse. Los científicos analizaron el DNA de unas 3.000 personas, incluidos 152 que murieron de kuru, y detectaron la mutación en la proteína llamada G127V.

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