Para ti, mi vida:
Me duele tener que escribirte esto, tener que decidirme al fin. Pero ha sido precisamente el dolor lo que me impulsa a hacerlo. El dolor de tus miradas, de tus desdenes, de tu amor apasionado destilado con desprecio, amargo licor que nunca ha llegado a curar mis heridas.
Llegaste a mí como una brisa, y luego te convertiste en huracán. Me arrastró a tus pies el fuego de tu presencia. Me dejé caer en tus brazos... ¡que magnífica cama si no hubiesen sido las cosas como fueron!. Pronto comenzaron tus miradas grises, tus voces más altas que otras, algún empujón... Y en mí aparecieron dos mujeres en un diálogo sin fin. La una te despreciaba y la otra te adoraba...
Luego llegaron los golpes, los gritos, la posesión, el “no salgas así”, el “no me gusta que te miren”...
Me acusabas de serte infiel, cuando tu eras el único hombre que ha habido en mi vida, mi única pasión, anhelo, objetivo. Me gritabas que coqueteaba con todos... y no sabes lo que dolía, porque el que me acusases me mostraba que no me considerabas digna de tu confianza... que no era más que una mierda en tu zapato, un grano en tu culo como me decías.... pero un grano al que nunca dejarías escapar...
Tantos golpes, tantas palizas, tantas escapadas al hospital, tantas veces diciéndole a las asistentas “me caí por la escalera”, “me golpeé con el mueble”...
Por fin encontré a una amiga que prácticamente me secuestró de tu lado. No te diré quien es ni donde estoy, porque quiero antes contarte que ha sido de mi vida en estos tres meses que no nos hemos visto.
He de contarte que la cosa comenzó con la última paliza que me diste. Si, por si no lo sabes tenía dos costillas rotas, la clavícula, desviación de mandíbula.. y un sinfín de cosas más.
Esta vez, no se por qué, decidí ponerte una denuncia. Fue mi amiga la que me animó, la que me dijo que no podía seguir así... Y te denuncié. Ya lo sabrás: malos tratos, amenazas, vejaciones y violación... espero que no pases demasiado tiempo en la cárcel... aunque lo cierto es que espero que si lo hagas...
Esa amiga fue la que me animó a ponerte una denuncia sin decirte nada y, cuando llegué a casa, dado que tu estabas durmiendo borracho, cogí tu cartera.
Siento haberlo hecho, te he dejado sin documentación, pero dado que hace tiempo que me quitaste mis tarjetas de crédito y mi cuenta bancaria estaba a cero porque decidiste comprarte el passat... pues supuse que sería justo sacarte del cajero 1800 euros (para pasar la noche mi amiga y yo) y al día siguiente dejarte tus dos cuentas bancarias con 3,85 euros (para que te puedas tomar un cafelillo, ya sabes) Por cierto, también vendí tus acciones... ¡te agradezco tanto que me pusieses como autorizada en tus cuentas!
Esa noche la pasé en un hotelito donde no me gastase mucho... a fin de cuentas era tu dinero. Por eso me fui al Ritch. Pero me pareció muy caro, así que al día siguiente decidí comprar un paquete de 15 días a Punta Cana que, como era con todo incluido, nos salía más barato a mi amiga y a mí.
He de decir que fue un viaje estupendo, y me quité de encima el peso de que me hubieses estando acusando de infidelidad durante todos estos años. Es que conocí a un chico estupendo, Paolo. Es un mulato de 180 de altura, 150 de ancho de hombros y 25 de largo. Lo cierto es que en aquellos 15 días Paolo me enseño muchas cosas, y de hecho me presentó a algunos buenos amigos suyos que me hacían pasar estupendos ratos. Eso sí, espero que no te importe pero, como la economía de los nativos no está muy bien, les invité a unas cuantas cosas... Ah, y a Paolo me lo traje a España. Estoy seguro que te hubiese encantado prestarle tu ropa, pero es que cuando se la probó le quedaba muy estrecha de espalda y muy ancha de cintura... pero se aprecia el detalle. Tampoco ha podido usar tus puros porque no fuma, ni tus wiskis de 15 años porque no bebe...claro, pobrecito, con 25 años que tiene no va a darle a esos vicios. De hecho, creo que él solo tiene un vicio....
Cuando llegué a españa... bueno, tenías que haberme visto: estaba más delgada, más morena, más relajada... vamos, guapísima. Entonces ví que mi cuerpo tiene bastante potencial, así que decidí hacerme un implante de senos y una rinoplastia. Ya sabes que yo soy muy insegura, pero a Paolo le encanta. Te agradezco tantísimo que hayas pagado todos estos “lujitos” que me he dado...
Me apenó mucho que estuvieses ya en prisión cuando volví. Eran tantos tus recuerdos en la casa.... que la vendí y me compré un pisito en la costa, que a Paolo le sienta muy bien el bañador Tanga. No es gran cosa, pero como también vendí el cortijo que tenías en el pueblo, pues también he montado un negocio para iniciar mi nueva vida, junto a Paolo (y sus amigos, que él es muy amigo de sus amigos, tendrías que ver lo buenos amigos que son, tan jovencitos y tan prietos, compartiéndolo todo) A Paolo le he dado así un puesto de trabajo y sacamos un dinerito muy considerable al mes.
En cuanto al Passat, como lo habías puesto a mi nombre para poder defraudar a hacienda... he supuesto que no te importaría que me lo llevase. Si lo quieres, de todos modos, házmelo saber, porque con los beneficios del negocio me he comprado un Mercedes descapotable, que para ir por la playa viene muy bien, y el Passat lo tengo solo para los paseos al club de golf...
Me apena saber que te han condenado a tantos años de cárcel. Tranquilo cariño, que se pasan enseguida. Fíjate en mí, pasé 15 años encerrada contigo y lo bien que estoy ahora...
En cuanto a tu madre... cuanto lo siento, como vivía con nosotros y no le hizo mucha gracia que te hubiese denunciado... decidí mandarla a un asilo en Tarragona. Siiii, ya se que Tarragona está un poquito lejos de Huelva, pero bueno, eso te coges el tren y en 9 horas estás allí para verla.
He de decirte que gracias a esta experiencia vital que he tenido en estos seis meses he aprendido muchas cosas:
1. No es verdad que yo fuese una mierda
2. Lo cierto es que tu eres un mierda (te lo digo con cariño)
3. No es cierto que yo no sirviese para nada y no pudiese vivir sin ti
4. Lo cierto es que no me va demasiado mal sin ti (espero que a ti también te vaya bien)
5. No es cierto que tengas derecho a golpearme porque eres el hombre
6. Lo cierto es que eres bastante poco hombre (muy poquito si te comparo con Paolo)
7. No es cierto que fueses celoso porque me querías
8. Lo cierto es que tenías razón, yo podía estar con otro hombre en cualquier momento (y oye, es increíble lo que se disfruta)
9. Es cieto que yo era imbécil, por estar a tu lado
10. No es cierto que fueses atractivo (perdona que te lo diga, pero comparado con mi Paolo...)
11. No es cierto que el hombre como el Oso cuanto más pelo más hermoso
12. Lo cierto es que el pelo tiene que estar en la cabeza cielo, en la cabeza
13. Si, el orgasmo femenino existe, en muchas variantes y muchas veces
14. No, tu madre no es la mejor cocinera del mundo, es Paolo
15. No, un hombre no es gay por decirme cosas bonitas, ni regalarme flores, ni piropearme, ni acariciarme antes de hacer el amor... de hecho te aseguro que ni Paolo ni sus amigos son Gays
He de decirte que esa gran amiga que me animó a salir de esta pesadilla tiene mi edad, mi voz y mi nombre. Es mi parte más racional, mi parte con más autoestima y la parte de mi que he decidido que tome las riendas.
En fin, que lamento mucho si no lo pasas bien en la cárcel. Me encantaría invitarte a pasar unos días en mi casita, pero Paolo y sus amigos tienen una extraña tradición de Punta Cana, que consiste en darle una paliza a los ex maridos de sus amantes cuando aparecen a menos de 10 km de ellas. En esta tradición se incluye partir piernas, patear cabezas... ya sabes, estos chicos tan jóvenes... a veces me siento como una mamá con ellos... menos mal que no me dejan hacer nada en la casa...
Te desea lo mejor:
Tu churri.
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