El Orient Express unía París y Estambul a través de los Balcanes, y ha inspirado múltiples obras literarias como el 'Drácula' de Bram Stoker o 'Desde Rusia con amor', de Ian Fleming, en la que James Bond viajaba con la atractiva Tatiana Romanova.
En 1882 George Nagelmackers, Director de la Compagnie Internationale des Wagons-Lits, invitó a los primeros pasajeros del Orient Express a que fuesen en su tren de París a Viena. La ruta fue expandiéndose y en 1989 ya llegaba hasta Estambul. La mayoría de los grandes hoteles de la vieja Constantinopla son de esa época, como el Büyuk Londres o el Pera Palace, construidos en 1892.
Fue en este último donde Agatha Christie escribió la obra que acabó por inmortalizar el tren: 'Asesinato en el Orient Express'. Una intriga bizarra y glamourosa que el detective Hércules Poirot resolvió in extremis. El Pera Palace guarda la suite donde se alojó la escritora británica como museo.
Los amantes de los kilómetros todavía tienen una última oportunidad con el trans-siberiano de Miguel Strogoff y el doctor Zhivago, pero la muerte del Orient Express representa el final de una época que ha quedado obsoleta por los avances tecnológicos.
Símbolo de la idea de progreso
El Orient Express merece un obituario como símbolo de la idea de progreso y representante de la cultura europea en París, Munich, Viena, Budapest, Calais, Milán, Venecia, Trieste, Zagreb, Belgrado, Sofia y Estambul.
La rama que une Venecia y Estambul seguirá en activo, reservada como servicio de lujo y con un coste de 5670 euros por persona. La propietaria de la línea París-Viena, Euro Night Rail Services ha reconocido que "los vuelos baratos y los trenes de alta velocidad nos han forzado a retirar la línea".
En la estación Sirkeci de Estambul se exponen objetos del primer Orient Express, como trajes, carteles o campanas. El menú base del vagón restaurante se componía de ostras, rodaballo en salsa verde y pudding de chocolate. Eran otros tiempos.
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