martes, 26 de enero de 2010

PREDICANDO EN EL DESIERTO... ... COMO SIEMPRE.


Claude Prepetit, geólogo haitiano

Menos de un mes antes del sismo del 12 de enero, este ingeniero de la Oficina de Minas y de Energía de Haití advertía en el diario "Le Nouvelliste": "Hemos entrado en una calma aparente durante la cual la energía sigue acumulándose en la tierra y el día en que se resquebraje las consecuencias serán catastróficas para la región".

Durante años, Prepetit recorrió las escuelas y universidades explicando que el lento desgaste de las placas del continente americano y el Caribe conduciría a un terremoto tan inevitablemente como imprevisible.

El geólogo militó en vano a favor de la adquisición de estaciones sismográficas capaces de detectar una actividad telúrica imperceptible para el hombre y previa al gran temblor. "El gobierno lo entendía pero había otras prioridades", explicó, recordando la pobreza del estado haitiano.

El último gran terremoto ocurrido en Puerto Príncipe data de 1770. Según los cálculos de Prepetit, un desplazamiento de las placas de este a oeste de siete milímetros por año a lo largo de la falla de "Enriquillo-Plantain Garden" provoca una ruptura de 1,40 metros en el espacio de 240 años.

"Es matemático, semejante ruptura corresponde a un sismo de magnitud 7,3" en la escala de Richter, advertía, y "tuvimos 7,2" el 12 de enero pasado.

El ingeniero haitiano teme que la falla de 250 kilómetros, que sólo se fisuró a lo largo de 50 km, se quiebre en la zona este de Puerto Príncipe, provocando un nuevo drama.

"Hay que despoblar Puerto Príncipe, donde se amontonan dos millones de personas; hay que reconstruir con tiempo la capital y fijar a la gente en las provincias creando infraestructuras y empleos para que se queden", afirmó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario