Así lo reconoció el Ministro de Salud, Mike O’Brien, en el Parlamento:
El Gobierno desea expresar su sincero pesar y profunda solidaridad por los daños y sufrimientos que perduran en todos aquellos que fueron afectados cuando sus madres embarazadas tomaron la droga talidomida entre 1958 y 1961.
Reconocemos las penurias físicas y las dificultades emocionales que han enfrentado ambos, los niños afectados y sus familias, como resultado de esta droga y el desafío que muchos continúan enfrentando, a veces diariamente.
En todo el mundo, nacieron cerca de 10.000 bebés con malformaciones en las extremidades e incluso sin brazos o piernas. Todos ellos esperaban este reconocimiento que por fin ha llegado.
En Gran Bretaña, el Fondo de la Talidomida ayuda a 466 personas, la mayoría de las cuales tiene dos o cuatro extremidades menos como resultado del consumo del medicamento por parte de sus madres, comercializado bajo licencia en este país. Una licencia que afortunadamente, sólo estuvo vigente 3 años y que aumentó la reputación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), la única voz que rechazó aprobar el uso la droga.
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