El escándalo del trueque sexual en Francia.
"Hombre intercambia pequeños trabajos domésticos por grandes mimos".Esta insólita propuesta, publicada en otoño en una web de anuncios por palabras, tiene asombrada a la opinión pública francesa tras la publicación, la semana pasada, de un amplio reportaje sobre el tema en el diario 'Le Parisien': "Por medio de anuncios de dudoso gusto, ciertos individuos se proponen para realizar reparaciones hogareñas que serán saldadas mediante pago en especie". O sea, el mito guarro del fontanero, trasladado a la era de Internet y sin malos entendidos.
Serge, 62 años, profesional autónomo residente en Val-d’Oise, explica a los periodistas Antonin Chilot y Ava Djamshidi cómo se inició en tan estrafalario cambalache erótico. "Yo había puesto un anuncio en el que me ofrecía para labores remuneradas de bricolaje. Un día, recibí el e-mail de una dama de 52 años que me preguntaba si podía pagarme con sexo. Acepté y he repetido en varias ocasiones".
Otro especialista de la chapuza erotico-festiva, Eric, 55 años, cuenta igualmente su relación con dos clientas que ha conocido por este método: "La primera buscaba un pretexto para una aventura. La segunda era una señora de 51 años que vivía sola, realmente necesitaba hacer esas reparaciones y no tenía dinero para pagarlas". "Todo consiste en ofrecer placer al tiempo que proporcionas un servicio útil. Yo suelo encontrar gente agradable con la que compartir experiencias calientes, con respeto y buen humor", resume Pierre, 56 años.
"En la raíz de estos canjes está la precariedad financiera. Para muchos, el cuerpo es hoy en día un capital al cual se puede sacar bastante provecho", comenta la socióloga Laurent Mélito. "La red facilita este tipo de permutas sexuales porque da más seguridad que la calle", apunta la antropóloga Marie-Elisabeth Handman. "Es una nueva forma de lenocinio, aunque el pago no sea en dinero", denuncia Yves Charpenel, presidente de la Fundación Scelles, dedicada a prevenir la prostitución.
Vacío legal
"Ya conocíamos casos de estudiantes que han tenido que recurrir al trueque sexual para conseguir un alojamiento. Pero nadie nos ha pedido hasta el momento asistencia legal o ayuda para perseguir penalmente estas prácticas", añade.¿Y qué dice la ley gala al respecto? Pues que está penado tener una relación sexual a cambio de dinero. Claro que un servicio no es una remuneración pecunaria. O sea que el vacío legal existente está permitiendo que tales intercambios se lleven a cambio con cierta impunidad en el Hexágono, aunque muchas webs como www.marche.fr, especializadas en anuncios por palabras, han tomado cartas en el asunto tras el reportaje denuncia de Le Parisien.