martes, 17 de marzo de 2009

Durante una sesión parlamentaria, allá por finales de los setenta, el senador Camilo José Cela quedó traspuesto mientras algún pater conscripti peroraba sobre abstrusas materias constitucionales. El presidente de la cámara llamó la atención al escritor: “Está usted durmiendo”. “No señor, estaba dormido”, respondió Cela. “Es lo mismo”, indicó el presidente. “Nada de eso”, replicó el de Iria Flavia, “como tampoco es igual estar jodiendo que estar jodido”. Ley de vida, o más importante aún: ley de mercado.

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