De hecho mi casa va a ser la puta casa más iluminada de España, voy a enchufar hasta el horno, voy a salir a la escalera a encender las luces y durante esa hora estaré bajando y subiendo en el ascensor como un anormal hasta que me maree.
Y no es porque me parezca mal del todo, ni porque me parece que arregla bien poco todos los problemas. Es decir, para lavado de cara de los medios viene siempre bastante bien, recuerda, nosotros apoyamos el apagón, somos muy buenos y nos preocupamos por el medio ambiente y tu eres gilipollas y te lo has de creer.
Me molesta, y mucho. Es igual que pasa con las fechas señaladas. Es decir, la fechas en las que hay que regalar algo porque hay que regalarlo. O el día que hay que hacer algo, porque hay que hacer algo, y al día siguiente, no se acuerda de ello nadie. Somos siempre así muy dados a hacer el día de noseque, el día de nosecuantos, y al final olvidarnos de todo.
También es igual que pasa con todos los lavados de conciencia a los que nos gusta someternos de vez en cuando, una limosnita por aquí, un día sin coche por allá, un poco de café solidario un día, unas zapatillas hechas por mayores de edad otro día (eso, tonterías que siempre quedan bien un día). Pequeños caprichitos que nos podemos permitir para posponer todo lo que se pueda el suicidio colectivo al que vamos sin remedio.
Es curioso como actuamos, un día apagamos la luz una hora, y es que nos sentimos todos tan bien y tan contentos. Al día siguiente cogemos el cochazo y nos ponemos a doscientos en la autopista o yo que se, cualquier cosa que hagamos un día normal esta en confrontación directa con lo que es un consumo responsable y una ayuda para el planeta este que vamos a reventar sin pestañear, tampoco me voy a poner ahora demagogo y decir tonterías sobre que si esta mal comprar esto, o llevar esto otro, o no hacer lo de más allá.
Me hace gracia como todo el mundo esta perdiendo el culo por subirse al carro del buenrollismo de apagar las lucecitas. Se han unido no sé cuantos países y no sé cuantas empresas (empresas!!! estamos locos enserio), y no sé cuantas hostias más. Eso en mi pueblo se llama hipocresía. Hacer como que se hace algo y en el fondo no hacer nunca nada. Decir una cosa y hacer la otra, que esta de moda. En realidad siempre lo ha estado.
Y ahora viene el puto listo de siempre a decirme que es un gesto que genera conciencia social. Me río yo de los gestos y de tu conciencia social. Los gestos siempre me han tocado la polla, sobra decir que soy una persona de fondos y no de formas. Las apariencias solo sirven para difuminar lo que hay detrás.
Pero es que ya cuando leo cosas como “Una iniciativa para comprometer a los gobiernos ante la Conferencia sobre Cambio Climático de Copenhague” No puedo evitar vomitar. Es una de las cosas más ingenuas que he leído en mi vida.
Y para arreglar las cosas hace falta moverse, no apagar la puta luz un rato.
Yo por mi parte, y si me lo permiten, me voy a echar unas risas cuando salgan todos los monumentos de turnos con todas sus luces apagándose al unisono. Y no es lo malo que me ría yo, que hay gente que se estará descojonando de verdad sentada en su sillón viendo como hacemos el gilipollas mientras el se rasca la chorra con billetes de 500.
Y cuando ya si que nos vamos a reír todos, es cuando de verdad la cosa este jodida, ahí ya va a ser algo surrealista lo que nos vamos a reír todos viendo como pudimos hacer algo, y en vez de eso, apagamos la luz un ratito.
Yo opto por hacer el día sin gilipollas, a ver que tal.
Y lo peor de todo, es que las asociaciones ecologistas tengan que recurrir a las chorradas de siempre para hacerse oír. Si no hacen algo “original” o estrambótico, no salen en las noticias y nadie oye su mensaje, es totalmente deprimente.
Antes de insultarme, piensa en ello dos veces, y después ya si eso me insultas.
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Salud.
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