Los gorilas de los valles del Congo podrían desaparecer en unos quince años según el documento titulado "El último reducto de los gorilas. Delito ambiental y conflicto en la Cuenca del Congo" presentado en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que se celebra en Qatar.
En 2002, el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (UNEP, en sus siglas en inglés) pronosticó que en 2030 sólo quedaría el 10 por ciento de los ejemplares originales. Esta cifra es ahora "demasiado optimista", según los cálculos del propio organismo, debido a actividades como la tala ilegal, la minería, la producción de carbón y el aumento de la demanda de carne de animales silvestres, especialmente de los simios.
A estos problemas se suman los brotes de fiebre hemorrágica del virus del ébola, que ha causado la muerte de miles de grandes simios y que, según algunos expertos, hasta el 90 por ciento de los animales infectados morirá. "Con la tasa actual y acelerada de caza furtiva para el consumo de carne de animales silvestres y la pérdida de hábitat, los gorilas de la Cuenca del Congo pueden desaparecer de la mayor parte de su área de distribución actual dentro de diez o quince años", ha explicado Christian Nellemann, uno de los autores del informe.
El texto alerta de que la situación es "especialmente crítica" en el este de la República Democrática del Congo por el conflicto que mantienen el Gobierno y los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), además de otros grupos armados.
Precisamente, el documento señala que las milicias están detrás de gran parte del comercio ilegal, que reporta varios cientos de millones de dólares al año, y que se centra en el contrabando o en la obtención ilegal de minerales, como diamantes, oro y coltán. Las milicias controlan los cruces fronterizos, según el informe, que sugiere además que estos grupos abastecen a miles de desplazados con carne de animales silvestres.
El subsecretario general de la ONU y director del UNEP, Achim Steiner, consideró que se trata de "una tragedia para los grandes simios y para incontables especies que están siendo golpeadas por el tráfico ilegal".
Steiner opina que "en última instancia, es también una tragedia para las personas que viven en los países afectados" y agrega que "supone el delito ecológico y el robo de unos pocos y poderosos a expensas de los pobres y los vulnerables".
Por otra parte, el informe denuncia que si las obras de infraestructura continúan al ritmo actual en estados como Nigeria, Gabón, Camerún y Congo el hábitat de los gorilas podría quedar reducido en 2030 a un 10 por ciento de su superficie actual. Para evitar el descenso de la población de gorilas y su entorno, el documento reclama un mayor papel de la Fuerza Multinacional de Paz de las Naciones Unidas en el Congo (MONUC) en las zonas del Norte y Kivu del Sur.
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