Alberto Arce, es uno de los pocos testigos extranjeros de lo que ocurre en Gaza, mientras colabora al traslado de los heridos con la Media Luna Roja. Este periodista, nacido en Asturias hace 32 años, llegó a Gaza como miembro del grupo de solidaridad internacional "Free Gaza" y decidió quedarse cuando supo que Israel no estaba dejando entrar a ningún periodista a la franja, para ser testigo de lo que denomina "el catálogo de horrores" de la invasión israelí.
¿Cuál es la situación en Gaza?
Estamos en el noveno día de bombardeos en la Franja de Gaza. Ayer se le sumó la artillería terrestre y los tanques Mer-Kava, en algunos lugares hay ya también incursión de soldados por tierra. Aquí en el norte de Beit-Lahiya nos acaban de informar que a las cuatro y media de la tarde, hora local, han evacuado mujeres y niños en todo un barrio y han detenido a todos los "hombres" entre 12 y 45 años, los han encerrado en una escuela y los tienen en calzoncillos a 0 grados, que puede ser la temperatura que tenemos aquí ahora, y los tienen encapuchados, esposados con las manos en las espaldas y les están pegando.
Esa es una de las setenta y cinco historias de la situación que hay a mi alrededor en estos momentos.
Parece hecho a propósito, lo que está pasando aquí para demostrar hasta qué punto se puede violar el derecho internacional y llevar a cabo el catálogo de los horrores.
Sabemos por las agencias que la situación sanitaria es especialmente crítica. ¿Qué nos puedes contar?
Yo estoy trabajando con la Media Luna Roja, que es el equivalente de la Cruz Roja en los países musulmanes.
A lo largo de las últimas 48 horas lo que está pasando en el 50% de las ocasiones es que el ejército israelí no está permitiendo a las ambulancias llegar hasta donde se encuentran los heridos. Tenemos el caso de una familia que sabemos que llevan más de 24 horas siete personas en su casa, que estaban gravemente heridas, no sabemos si siguen vivas o ya están muertas. Solamente una persona de la familia logró escapar, fue él el que llegó al hospital por sus propios medios, en un carro tirado por una mula, está gravemente herido pero pudo contar la situación en la que se encontraba la familia, y durante 24 horas la ambulancia está tratando de llegar allí y el ejército no lo permite.
Es solamente una de las cosas que definen la situación sanitaria en estos momentos. Hay gente que simplemente si se le permitiera a la ambulancia llegar a recogerla se salvaría, y no se está salvando porque el ejército israelí no permite a la Media Luna Roja trabajar con normalidad.
Hemos tenido noticias de que al menos cuatro médicos palestinos han sido asesinados por el ejército israelí mientras estaban atendiendo a los heridos. ¿Es así?
Sí, la cifra de cuatro médicos asesinados mientras trabajaban corresponde solamente al día de hoy. Desde el comienzo de los bombardeos han sido bastantes más. Pero en el hospital Al-Adwa tenían dos ambulancias y solamente les queda una, porque hoy ha impactado directamente un misil contra una ambulancia y han muerto todas las personas que iban dentro. Israel está declarando como objetivo militar las ambulancias. Primero fueron las mezquitas, fue la universidad, fueron todos los edificios públicos y ahora ya también han declarado objetivo militar las ambulancias.
Israel dice que dentro de las ambulancias van militantes de Hamas y que están utilizando las ambulancias para lanzar cohetes para Israel, lo que es absolutamente delirante, como cualquier persona sensata puede dilucidar por sí misma.
¿Qué hace la población? No hay refugios, no hay sitios donde puedan conseguir comida, ni protección, ¿cómo es la situación de la gente durante el ataque?
Durante todos estos días la gente lo único que podía hacer básicamente era reunirse en una habitación de su casa, en la que considerase más segura, juntarse toda la familia, sentarse, pasar la noche a oscuras y esperar. Lamentablemente, desde esta mañana, ya no solamente esperan, sino que hemos visto grupos relativamente amplios de gente evacuando sus hogares.
Por un lado, Israel ha lanzado cientos de miles de octavillas por todo el territorio diciéndole a la gente que abandone las casas y se traslade al centro de las ciudades; y por otro lado, la gente se va, no porque quiera hacerle caso a la amenaza israelí, sino porque realmente abre la ventana de su casa y se encuentra un tanque, y en ese momento sale despavorida.
Tratan de irse a casas en zonas más seguras de otros familiares. Yo he visto hoy gente toda la mañana envuelta en mantas, vagando sin rumbo por el campo de refugiados, porque literalmente no tiene dónde ir. Y sabemos que en breve empezarán las demoliciones de casas, porque detrás de los tanques están los bulldozers.
La zona de Jabaliya, en la que tú estás, es una de las áreas en las que se han producido enfrentamientos fuertes entre el ejército israelí y las milicias de la resistencia palestina. ¿Tú has llegado a ver algún combate, algún tipo de intercambio de fuego?
Sí, los he visto. Hay resistencia palestina, están plantando cara. Las cifras que se manejan aquí son de unos diez soldados muertos y dos soldados capturados por el momento. Obviamente la resistencia palestina planta cara, y los que estamos con las ambulancias, contínuamente moviéndonos por los campos, vemos muchas cosas.
Tú has ido allí, estás poniendo el cuerpo y tu saber hacer al servicio del pueblo palestino, es lo que tú puedes hacer, y además estás siendo una de las pocas voces que nos puede contar lo que está pasando en Gaza, porque Israel no deja entrar a ningún corresponsal internacional de prensa, no hay testigos. ¿Tú qué esperas del Gobierno español y qué esperas de los gobiernos del mundo?
Yo de los gobiernos del mundo hace mucho tiempo que no espero nada, salvando algunas honrosas excepciones, que ya en la guerra del Líbano en el año 2006 rompieron relaciones con Israel, y llamaron a consultas a su embajador. Honrosas excepciones entre las que se encuentra obviamente Venezuela.
Pero de los países de la Unión Europea no espero absolutamente nada, ni tampoco lo esperan los palestinos. Sabemos que toca un momento de movilización ciudadana y lo que espero es que con los mensajes que lanzo desde aquí, desde el terreno, la gente se arme un poco más de razones y de información para salir, en mi caso, a las calles españolas a presionar al Gobierno español para hacer algo tan poco radical, y al mismo tiempo tan radical, como exigir el cumplimiento del derecho internacional.
Y en el marco de lo que está sucediendo aquí, que constituye un castigo colectivo contra la población civil, y que aparece recogido en las Convenciones de Ginebra y catalogado como crimen de guerra, pues cuando hay un crimen de guerra tiene que ser castigado en derecho, y el Estado que comete el crimen de guerra tiene que ser sancionado por su comportamiento.
La labor de los gobiernos occidentales es imponer sanciones contra el Gobierno de Israel, y además, no desde una lectura política, ni ideológica, simplemente desde la mera aplicación del Derecho Internacional Humanitario, que es de lo que los países teóricamente civilizados han decidido dotarse para relacionarse entre ellos.
Por otra parte, quería señalar que la sociedad civil palestina ya en el año 2005 lanzó una llamada unificada y muy representativa en cuanto a las organizaciones de la sociedad civil que la lanzan. Lanzó una llamada unificada a una campaña global de boicot, de acciones y sanciones contra el Gobierno de Israel, como modo de presión sobre él, hasta que cumpla con sus obligaciones ante el Derecho Internacional.
Y yo creo que es hora de modificar las narrativas de lo que sucede en Palestina y de que la gente empiece a comprender las similitudes entre lo que sucedió en la Sudáfrica del régimen supremacista blanco del Apart-heid y cómo ese régimen, que parecía imposible de derribar, cayó gracias a la presión internacional y a una campaña global de boicot.
Yo creo que es hora de convertir al régimen de Israel, que es un régimen de ocupación beligerante, de colonialismo, y de asentamientos, y de Apart-heid, a fin de cuentas, contra o bien de la población que vive dentro de su estado o bien de la que ocupa militarmente, es hora de someter este Estado a una campaña de boicot, desinversiones y sanciones a nivel mundial, y son los ciudadanos los que tienen que salir a la calle y reclamar a sus gobiernos que la apliquen.
Alberto, ¿tú estás allí en calidad de médico?
No, no. Yo no soy médico. Yo soy cooperante, periodista, responsable de comunicación y sensibilización de ONG. Mi perfil laboral es comunicar y sensibilizar desde el mundo de la cooperación. No soy médico. Yo estudié Ciencias Políticas. No tengo más formación sanitaria que unos cursillos de primeros auxilios y los guantes que llevo.
Lo que hacemos en las ambulancias es que cuando un misil impacta sobre una casa o sobre cualquier lugar y se producen heridos y muertos, pues las ambulancias inmediatamente van a evacuarlos, y en cada ambulancia habitualmente va un conductor, un médico y un auxiliar o un camillero, y yo hago esa función auxiliar, de mover los cuerpos y las personas para que el médico pueda hacer su trabajo y para que el conductor pueda llevar a la persona al hospital.
El resto del tiempo trato de escribir, hablar, informar y comunicarme para que todo el mundo sepa lo que está pasando aquí. Sobre todo cuando Israel ha decidido que no haya testigos, que no haya periodistas occidentales en la Franja de Gaza, trato desde aquí de ejercer mi rebeldía contra la decisión israelí y demostrarles que no hace falta tener el quinto, el tercer o el segundo ejército más poderoso del mundo para responderles, sino que cualquier simple activista, si quiere y se lo propone, puede responder al Estado de Israel.
Para los que seguimos la información desde fuera, las noches vuestras son un momento en el que se produce mucha información, donde los ataques son intensos, y nos preguntamos, sin electricidad, y sin ningún sitio en el que guarecerse, cómo es el clima en Gaza cuando cae la noche, en este momento, por ejemplo.
Yo ahora estoy en el hospital, y en el hospital hay electricidad porque hay generadores. En todos los enchufes hay adaptadores y cada enchufe tiene cinco aparatos enchufados sobre sí mismo, todos los teléfonos. Toda la información fluye a través de los teléfonos móviles, y en cuanto salimos del recinto del hospital, con las luces de la ambulancia, nos encontramos en la oscuridad más absoluta y en el frío. Hace muchísimo frío, sobre todo. La gente igual no se imagina que en esta parte del mundo haga frío, pero hace mucho frío en enero en Palestina y lo que hay es una oscuridad muy absoluta, y en las calles simplemente se mueven sombras. Se mueven unas sombras y no miramos, para que puedan hacer su trabajo correctamente.
Internacionalmente se está explotando mucho la división entre Hamas y Fatah. ¿Cuál es el clima que hay en Gaza con respecto a eso?
Recordemos que Hamas en Gaza ganó las elecciones convocadas en enero de 2006, que fueron organizadas y monitoreadas por la Unión Europea, que las consideró limpias y libres, así que Hamas es el gobierno democráticamente elegido en la Franja de Gaza, el partido político que ha ganado las elecciones y que en el marco de los dos años de bloqueo económico a los que lleva sometido su gobierno por parte de todas las instituciones internacionales y de casi todos los estados internacionales, con muy pocas excepciones, en ese marco y en el marco del ataque exterior, el movimiento de la población es de apoyo consensual hacia su Gobierno. Al Fatah, por lo menos aquí en la Franja de Gaza es inexistente.
Te tengo que colgar porque me acabo de montar en la ambulancia...
Gracias Alberto por asomarte un día mas, te echaba en falta.
ResponderEliminarCuídate mucho,quiero que vuelvas.