lunes, 2 de marzo de 2009

Un Macho Se Confiesa: "SOY UN FRACASO EN LA CAMA"

Un británico, harto de pasar papelones con "la cabeza gacha" decidió investigar las causas de su propia disfunción. El sexo es un tema que cuando se trata de placer, disfrute y de las habilidades en la cama los hombres lo conversan de pe a pa. Ahora si por alguna mala experiencia, o varias, que no se limita a que el amigo no funcione, sino a dudas, limitaciones o cambios de la edad, el orgullo puede más y callan.
"Soy un fracaso en la cama".
"Soy un fracaso en la cama".


Un tabú que comienza a romperse y que ocupa el documental de Chris Waitt. Este joven británico inició una investigación sobre su propia vida sexual, tras un periodo de disfunción eréctil, para saber cuanto malo era su rendimiento, y demostrar lo sorprendente de un hombre reconociendo sus limitaciones en la cama.

Y es que existe una gran paradoja entre la gran importancia que el hombre da al sexo y la posición poco práctica a la hora de reconocer y comunicar las problemáticas al respecto cuando, según los datos de la farmacéutica Pfizer, la mitad de los varones entre 40 y 70 años sufre disfunción eréctil.

"Casi todas mis relaciones con mujeres han acabado de manera humillante, con reproches y con sensación de arrepentimiento, amargura, venganza y fracaso. Pienso que si soy capaz de encontrar las razones por las que siempre me dejan podré evolucionar", explica el director de la cinta, que se estrena este fin de semana en España.

Según Adrian Sapetti, director del centro de sexología y psiquiatría Sexo Vida, en Buenos Aires, "los hombres hablan más en forma narrativa del sexo. A veces lo pasan mal en una experiencia sexual, pero eso nunca lo comparten".

Quizás si un amigo abre la puerta a su propio desastre, el otro es capaz de confesar sus propias fisuras en la cama: "Sólo si un amigo le dio lugar por un fracaso personal a que cuente su propio fracaso. Ahí a veces sí hablan", explica Sapetti.

Otra vez el tamaño

El varón suele compararse, pero "sólo ve los penes en películas porno. Funcionan toda la noche, nunca se bajan, acaban de una manera espléndida y, en consecuencia, sus genitales les parecen una miseria", lo que clínicamente se llama "dismorfofobia".

Además "las mujeres han evolucionado mucho también sexualmente. Antes uno era la medida de todas las cosas. Ahora se enfrentan a mujeres con más experiencia que ellos y les intimida la idea de que piensen que ellos son peores", explica.

La liberación del sexo, aunque disolvió la culpa en muchos casos, abrió también la compuerta de los complejos. "Yo la llamo la consulta vergonzante, hay una manifiesta y otra latente. Tiene algo para contar y más tarde hablan de algo más vergonzante todavía". dice Sapetti

Casi siempre, los problemas son psicológicos, "llegan diciendo que ojalá sea algo orgánico. Cuando realmente es al revés, lo emocional es más fácil de resolver" y, desde luego, más habitual.

La pastilla que los dejo en evidencia

El sistema de supuestos superhombres en la cama empezó a dejarse en evidencia con la pastilla azul, el Viagra. “Empezaron a llegar al consultorio amigos y parientes que semanas atrás me decían que eran amantes estupendos", explica.

¿Sexologo?, no. Internet

La web se convirtió en un manual de autoayuda. "Es una manera lógica de investigar sin tener que preguntar a nadie. El hombre debe reflexionar sobre su propia sexualidad. Que lea, que se informe. Hay un problema con lo que la gente cree que es el sexo y lo que luego se encuentran en su realidad", sintetiza.

Los homosexuales, ¿más acomplejados?

La orientación sexual marca distancias. Un hombre homosexual observa en su vida sexual un número mayor de penes en erección y se da cuenta de cuál es el verdadero tamaño medio del miembro viril.

Por lo que a veces padecen más porque “hay una deificación mayor del pene grande. No es lo mismo el sexo con una mujer que fue castrada en sus genitales, por así decirlo, que con alguien que lo tiene más grande que él", matiza el doctor.

Sexo, aceptar el fallo

Sapetti concluye que el hombre debe asumir que en el sexo, hay que asumir el fallo. "Un varón que no ha tenido ningún problema eréctil es el que debe ir a un psiquiatra, porque es eso lo que no es normal".

Y advierte también a las mujeres de que, si bien "aceptan un poco mejor el no tener deseo como una cosa más habitual en su vida y se muestran menos avergonzadas", deben reivindicar la poca notoriedad de la disfunción sexual femenina, caracterizada sobre todo por problemas de lubricación y la falta de deseo.


SALUD.

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