DIMES Y DIRETES...

DIMES Y DIRETES
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Érase que se era un submundo, llamado Direte, era un submundo de color verde fosforito en el que habitaban esperpentos del mismo color unos seres de cabeza pequeña y cuerpo sin huesos, ese submundo estaba manejado por la tirana mas grande de la historia de los submundos; un espectro de color rosa puta intenso, era hermosamente horrible una cabeza infinitamente pequeña con unos ojos desorbitados de mirada despreciativa, sus orejas, dos parabólicas, una orientada hacia el averno, como buena servidora del mal era imprescindible estar a las ordenes de Belcebú, que tiempos atrás la había comprado su alma por una follada de capricho y la otra hacia su campo de concentración, donde sus súbditos estaban en estanterías para cuando ella dispusiera.
Su pequeñísima cabeza, era aristada y de cada una de sus pinchantes puntas escupía veneno con el que todo Direte se bañaba como si fuese un mana del cielo. Su boca enorme preparada para mamar, tenia la apariencia de clítoris de 100 años, según ella una muy buena cosecha, despedía un hedor a putrefacto, sus cuatro dientes eran negros y corroídos, una lengua cianótica de gangrena iba soltando trozos de carne muerta cada vez que pensaba una maldad, toda una delicia para su pueblo, que como ceremonia implantada y ante el temor de su ira debían de lamerla el clítoris. Su cuerpo perfecto sin faltas de ortografía, ni mal sonantes frases, se componía de teclas que manejaba rápidas y precisas gracias a sus esqueléticas manos que se reducían a largas falanges deshuesadas, realmente una belleza.

Los Diretenses, esperpentos sin personalidad propia, levantaban sus muñones, cuando la tirana decidía divertirse y se dejaban atar horrorizados por los hilos que serian sujetos a su Tirana santidad que era como gustaba que la llamaran, para ser movidos cual marionetas, su risa espeluznante era como los gritos de los que son despellejados vivos, no, no, eran aun mucho mas terroríficos. Solía usar para ello una pagina en blanco echa un puzzle y el trabajo de las marionetas consistía en recomponer algo que solo estaba en la mini cabeza de la tirana santidad y que no era real. Si la marioneta conseguía una gracieta que la hiciese vomitar veneno en agradecimiento, después de follarles el culo les ponía una chapa de coca cola y los ascendía a su guardia personal y con ello elevaba sus trabajos a peinarla el rabo, lamerla el clítoris y el ano y como no a llevarla al wc y probar sus mierdas como castillos. Parecían tan felices………… La tirana santidad tenia unas preciosas relaciones con otro submundo llamado Free, cuyas tiranas santidades con nombres tan elevados como Crismar o Anilina, se reunían en el wc para cotillear y aprender las unas de las otras maldades que sacaran de quicio al mas pintado, a eso lo llamaban gabinetes de urgencia, eso si siempre acompañadas de sus lacayos mas fieles aquellos que abrían sus bocas para tragar como alimento sus pedos.Estos pasaban a ser de un color rosa marica intenso para ser diferenciados del resto de súbditos y de la tirana santidad. Todo muy intenso y muy vivido.
La tirana santidad, solo tenia un objetivo en su vida, ser el ombligo del universo y sus mundos y amaba la guerra sucia y velada, recibió instrucción en los mejores colegios de las santas madres putas y mamo sus enseñanzas cual pene sagrado tragándose el semen del santísimo padre cura. Por lo que opinaba que su palabra era la ley.

Adoraba los muertos.