Sin embargo en parte del sector de servicios y empleados públicos, una huelga no tiene tanto efecto sobre el empresario, ya que si el trabajo hoy no se hace, no sucederá nada especialmente grave, en ocasiones por los abusivos servicios mínimos. El retraso que se acumule se irá recuperando poco a poco.
En definitiva en una sociedad industrial la huelga general es la mejor medida de presión de los trabajadores. Pero ese escenario ha ido cambiado con el tiempo, pasando a una sociedad basada en el consumo, donde lo que de verdad hace daño a todas las empresa es no consumir.
Imagina un día de huelga general de consumo, de paro absoluto. Sin apenas consumo apenas, sin compra de alimentos, prensa, tabaco, sin uso del transporte privado, sin movimientos bancarios, sin llamadas, sin internet, sin gestiones con la administración, un día de total retiro del mundanal ruido. Bancos, centros comerciales, supermercados, gasolineras, comercios, centros de atención al cliente, todos ellos sin clientela y por tanto con cientos de miles de trabajadores cruzados de brazos.
Una huelga de gasto cero durante uno día volvería loca la cuenta de resultados de las empresas y del estado que se nutre de los impuestos de las actividades económicas.
Ante las medidas antisociales aplicadas por el gobierno por mandato de oscuros intereses de grupos de presión, recortando derechos sociales y laborales a los que menos tenemos, con el único fin de seguir aumentando los grandiosos beneficios de unos pocos,
¿Estás dispuesto a luchar o resignado?
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