Este post seguro que no le gusta a mucha gente. Normalmente no nos gusta que nadie nos diga que tenemos la culpa. Solemos ser de aquellos que hacen la autocrítica criticando al que nos pilla más cerca. Pero llevo tiempo pensando que la culpa de la crisis es de TODOS. Sí, de todos. De gobiernos y bancos por supuesto. Y de empresarios explotadores. Pero también de nosotros, los ciudadanos de a pie que hemos querido vivir como ricos.
Y es que hace unos años cualquier currito tenía que tener su chalet y su BMW. Daba igual que fuera albañil o camarero o administrativo. Porque seguramente tuviese la nómina hinchada con incentivos, que para eso se movía tanto dinero. Y si no, te la falsificaban y el banco te daba el crédito. Y tu, currito con salario base de 800 euros (pero que como vendías muchas casas, o muchos coches) te levantanas 3000 euros, te veías pagando letras de 1.500 euros al mes. ¿De verdad tiene alguien la culpa de que no sepas echar cuentas? Y eso, claro, sin renunciar a vacaciones en Cancún y salir a cenar cada dos por tres fuera de casa.
El domingo pasado veía en TVE como un vecino de Parla se quejaba de su situación económica. Sin terminar de pagar su hipoteca (unos 400 euros al mes) y con dos niños, decidió comprarse un chalet. La reportera le decía: “la lógica dice que antes de comprar un piso es mejor vender el otro, no?” A lo que el pobre parleño contestaba: “con las prisas del banco y con esos contratos de 100 páginas con palabras que solo entienden los abogados…”
Pues eso, 400.000 € de deuda y echando la culpa a otros. Ese es también el origen de la crisis de nuestro país: todos aquellos que se han comprado casas que ahora están vacías. Casas que ahora, además, no pueden pagar.